Un total de ocho orejas se cortaron el pasado domingo en la localidad albaceteña de Casas Ibáñez, donde el novillero de Santa Cruz de Mudela, Emilio Huertas fue el triunfador numérico.
En el segundo festejo del Certamen Puerta Grande se vivió de nuevo la competencia entre los novilleros, los tres buscaban un hueco en la final de Valdepeñas, y eso se palpó en el ruedo. Un total de ocho orejas atestiguan la competitividad entre los jóvenes novilleros.
El triunfador numérico del festejo fue el joven novillero de Santa Cruz de Mudela, Emilio Huertas, quien demostró a la afición albaceteña que hay torero y de los ‘güenos’.
A su primero lo recibió a la verónica, bajando las manos y abriendo el compás, continuando el saludo con chicuelinas. De esta forma lo llevó galleando hasta el caballo, para que recibiera un puyazo.
Con la muleta estuvo muy por encima del novillo, haciéndole las cosas bien, e intentando que no le punteara la franela, aunque al final del muletazo siempre protestaba, había que hacerle las cosas muy bien, cosa que Emilio Huertas hizo desde el principio. Terminó la faena con manoletinas a pies juntos. Mató de estocada lo cual fue premiada su actuación con dos orejas.
En el quinto de la tarde, no pudo lucirse con el capote, ya que el de Los Chospes no se fijo mucho en el percal y salía suelto. Emilio Huertas se dobló en el comienzo muleteril para someter al novillo. Toreó a este ejemplar con mucho temple y gusto. La faena la tuvo que basar por el pitón derecho, ya que por el izquierdo iba mucho peor el novillo. Finalizó con estatuarios a pies juntos. Rubricando su obra con media estocada un pelín delantera, eso le bastó para cortar de nuevo dos apéndices.
José Ignacio Rodríguez acompañó a Emilio Huertas en su salida a hombros, tres orejas cortó el albaceteño en su debut con picadores. Una muy grata impresión mostró a sus paisanos.
Toreó con mucho temple al novillo de Los Chospes con el que debutaba en el nuevo escalafón. Estuvo a gusto con él y pudo disfrutar ya que fue el que más calidad demostró de toda la novillada. Mató de estocada lo que le sirvió para cortar las dos primeras orejas de su nueva etapa.
Al que cerraba plaza lo recibió a la verónica, el novillo era muy codicioso y enseguida atendía los vuelos de su capote. Con la muleta supo resolver la papeleta matando de estocada perpendicular casi entera. Una oreja.
El único que no consiguió acompañar a sus compañeros en la salida por la Puerta Grande fue Dámaso González, y no porque no lo intentara, sino porque pechó con el peor lote.
Su primero acusó de salida un defecto en la vista, con lo cual el novillo era muy violento, puesto que lo único que hacía era defenderse. Lo llevó con mucha largura para después ajustarse con él. Lo mató de estocada casi entera y tendida. Recibió una ovación del respetable.
En el que se lidió en cuarto lugar tuvo más suerte y se vio el torero que lleva dentro y de la fuente de la que ha bebido, que no es otra que la de su padre Dámaso González. Con este novillo disfrutó, pero tan sólo pudo cortarle un apéndice, trofeo insuficiente para salir a hombros.
Ficha del festejo
Ganadería: Se lidiaron seis novillos de Los Chospes de juego desigual, destacando el lidiado en tercer lugar.
Dámaso González: Ovación y oreja.
Emilio Huertas: Dos orejas y dos orejas.
José Ignacio Rodríguez: Que debutaba con caballos, dos orejas y oreja.
Aforo: La plaza registró media entrada en tarde agradable.
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