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29 abril 2010

Iván Fandiño abre la añeja puerta grande de Las Virtudes

La calidad del ganado de Luis Frías deslució el festejo. Tan sólo Iván Fandiño salió a hombros por la vetusta plaza de Las Virtudes. Ni Eugenio Pérez por petición minoritaria, ni Raúl Velasco por el fallo con la espada triunfaron.

De todo hubo en la corrida de toros de Las Virtudes. Predisposición de los toreros que poco pudieron hacer ante un flojo y parado encierro de ‘Frías’. Salvo el cuarto de la tarde que fue noble y humilló en la muleta de Fandiño, al que le cortó las orejas.
Iván Fandiño compone la figura y maneja los engaños con buenas maneras. Recibió a su primero con una buenas verónicas, rematando con media de limpio trazo. Quizás este primero fue el más flojito de la tarde. Recibió un puyazo arriba, pero en banderillas comenzó a mostrar que poco gas le quedaba. Poco pudo hacer Fandiño en el trasteo, puesto que el animal se paró.
En su segundo, el más potable de la tarde, un toro con más de 600 kilos, aprovechó la buena condición del burel. Le exprimió todo lo que tenía, a base de toreo despacioso. Aunque le costó al principio mantenerlo en pie, poco a poco fue bajando la mano y al final se vino arriba la tarde, que ya estaba pintando a aburrimiento máxio. Mató de pinchazo y estocada hasta los gavilanes. El público pidió con fuerza las orejas.
Eugenio Pérez pechó con un lote infumable. Tuvo que hacer de enfermero ante sus oponentes para evitar que se le vinieran abajo, sin poder bajar a muleta más de la media altura que le pedía a gritos cada uno de sus toros.
Puso voluntad y le pudo cortar una oreja al segundo de la tarde, merced a un trasteo pegado a los pitones, que si bien no fue un arrimón, de esto de “montar un lío”, caló en los tendidos. El respetable le pidió una oreja después de matar bien.
En su segundo, más de lo mismo. Embestidas a medio gas y muletazos a medio trazo puesto que el astado llegó a pararse, incluso llegando a ser peligroso. Pues la falta de fuerza le hacía pegar derrotes. En uno de ellos el de Alicante cayó al albero. El público pidió la oreja tras otra obra de voluntad, pero el presidente no la concedió al no ser esta mayoritaria, dejando el premio en vuelta al ruedo.
Raúl Velasco, podría haber cruzado el umbral de la añeja puerta grande de Las Virtudes de no haber sido por su fallo con las espadas. Este torero tiene algo que hace transmitir emoción en los tendidos. Lleva a los toros largos y enganchados. Cuando baja la mano hace eternos los muletazos. La verdad es que no se puedo ver en plenitud su fondo de toreo, por la falta de fuerza de su lote, pero las maneras muchas veces lo dicen todo y quedó palpable su concepto.
En su segundo tuvo las orejas en la mano, puesto que cuidó a su oponente de tal forma que a base de darle aire consiguió mantenerlo en pie y que el de Luis Frías se viniera arriba. Pero nuevamente falló con los aceros, convirtió la puerta grande en un respetuoso silencio. Los toros hay que matarlos y para muestra un botón.


Ficha Técnica
Ganadería: Se lidiaron seis toros de la ganadería perteneciente al hierro de Herederos de Luis Frías, justos de fuerza y de excesivo volúmen.
Iván Fandiño: de blanco y azabache, silencio y dos orejas.
Eugenio Pérez: grana y oro, oreja y vuelta al ruedo.
Raúl Velasco: azul eléctrico y oro, ovación en ambos.
Aforo: la plaza registró tres cuartos de entrada en tarde calurosa.

Por Álvaro García