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24 julio 2010

El toro blanco cordobés

Tentadero de machos y hembras en la placita de tientas de La Castilleja con el diestro Luis Miguel Vázquez, Curro Jiménez y Sergio Sanz. El ganadero estuvo pendiente de la actitud de su ganado en todo momento, tomando notas.
En la dehesa cordobesa de La Castilleja se cría el toro bravo como en cualquier otra ganadería española, pero la característica inconfundible de este hierro es el pelaje blanco que muestran algunos de sus ejemplares. Un pelaje a típico en lo que se refiere a los toros que se lidian en las plazas de la geografía española,ya que el pelo más habitual es el negro.
En el término municipal de Peñarroya-Pueblo Nuevo se cría el ganado de La Castilleja. Debido al tiempo que ha acechado a toda España durante el invierno, los tentaderos han sido imposibles de celebrarse en las fechas concertadas. Por ello los ganaderos andan a la carrera entre preparar el ganado para la lidia en las plazas de toros y en tentar a las futuras madres de las ganaderías. Cuando más se adentran en la temporada taurina más difícil es coincidir con los toreros, puesto que en sus agendas se refeljan los compromisos, pero siempre hay un hueco para el ganadero. Ya que el toreo en el campo les sirve de entrenamiento.
En esta ocasión, estuvieron tentando en la finca de Antonio García los diestros Luis Miguel Vázquez y Curro Jiménez. A los cuales se sumó en mitad del tentadero otro torero, Sergio Sanz. El mano a mano entre Vázquez y Jiménez esta siendo interesante, puesto que a los toreros les servían todas las becerras, a pesar de que algunas acusaban falta de fuerzas. Aún así la sabia muleta de los diestros pudo con ese defecto.
Aparte de las eralas que se tentaron, también quiso el ganadero probar unos machos, los cuales no se tentaron de la forma tradicional puesto que su objetivo no era dejarlos para sementales. Uno de esos machos fue un becerro de capa blanca. El pelaje caracteristico de esta ganadería en algunos de sus ejemplares. Un bello animal que contrastaba con el colorido de capotes y muletas que había en el ruedo de la placita de tientas.
Debido al calor reinante esa mañana las últimas becerras no se tentaron, puesto que el comportamiento de sus hermanas no había sido el adecuado. Y así lo decidió el ganadero, puesto que aunque parezca una tontería el clima también le afecta a los animales como a las personas, y su rendimiento baja si el calor aprieta. Y si baja ese rendimiento no se puede calificar si son buenas madres para la ganadería. Es clave que el futuro de una ganadería de bravo está en las madres. Por eso los ganaderos en la selección son muy exigentes.
Los ganaderos del hierro La Castilleja no cuentan con muchas corridas para esta temporada, pero si las suficientes para ver el juego que dan en la plaza sus toros y así poder seguir apostando por lidiar el toro que todo ganadero de bravo sueña. Sobre todo que esos cuatreños que salen de su finca, vuelvan a ella, puesto que en su pelea en la plaza se han ganado el derecho a la vida.