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19 agosto 2010

Aníbal Ruiz toreará por Cayetano en la segunda

Al final será Aníbal Ruiz quien sustituirá a Cayetano Rivera tras la cogida que sufrió en Baeza el pasado sábado. Muchos han sido los nombres que ha barajado la empresa para esta sustitución.
Al final después de la polémia de sí los toreros de la tierra quedaban fuera de la Feria de Ciudad Real, el diestro Aníbal Ruiz ha entrado por la vía de la sustitución, después de haberse ganado a pulso un puesto por su actuación el año anterior.
Muchos han sido los nombres que se han barajado para la sustitución, de uno de los toreros que más expectación ha suscitado en Ciudad Real: Cayetano, que fue cogido en Baeza el sábado pasado. Al final Maxitoro ha decidido que fuera el diestro alcazareño Aníbal Ruiz.
Es importante decir que a Maxitoro le gusta hacer las cosas bien, y desde un principio así lo han hecho. Sus carteles los presentaron al Ayuntamiento, y en esta sustitución también ha habido consulta con el Consistorio.
El aficionado podrá comprobar, in situ, el buen momento que está atravesando Aníbal Ruiz. Su temple y serenidad a la hora de torear, aparte del valor que demuestra cada tarde que se enfunda el traje de luces.

Más problemas
En la mañana de ayer, se realizó el desembarco de los toros que se lidiarán esta tarde, en el festejo de rejones. La mala suerte se ha cebado, de nuevo con la empresa Maxitoro. El pasado domingo, fueron los vándalos quienes quemaban las taquillas de la plaza, y perdían material y documentación. Y en la mañana de ayer, uno de los toros de Felipe Bartolomé se mató en los corrales de la plaza, al estrellarse contra una pared que le produzco la muerte inmediata.

La empresa Maxitoro para prevenir posibles problemas que pudieran surgir en los reconocimientos, ha querido traer nueve toros, y al final los problemas han aparecido de una manera que nadie esperaba. Tan sólo han quedado ocho los toros. Los reglamentarios en una plaza de segunda como la de Ciudad Real.
Esperemos que los problemas cesen en los próximos días de festejos y todo se desarrolle con la normalidad correspondiente a una feria taurina de la embergadura de la de Ciudad Real, que pasito a pasito va recuperando su identidad. El aficionado ha vuelto a creer en los toros en su plaza. Ha pensar que las tardes de antaño pueden ser posibles, gracias al trabajo bien hecho.