Teodoro Muñoz dijo adiós en la tarde del martes. Sus restos mortales fueron trasladados a su ciudad natal, Almadén, donde le rindieron el mejor homenaje, la vuelta al ruedo, al son de su pasodoble.
El pasado martes decía adiós para siempre una gran persona, además torero y buen aficionado; Teodoro Muñoz. Tras una grave enfermedad, y consciente en todo momento que éste era su final, se fue despidiendo de todos sus amigos. Que eran muchos, puesto que Teodoro Muñoz siempre ha sabido hacer amigos, y lo más importante de todo conservarlos.
A sus 82 años no pudo lidiar el toro más duro que la vida le presentó. Ese toro negro que lo fue consumiendo poco a poco. Al que no le pudo dar esa media verónica que tanto le gustaba dar. Ni ningún otro pase puesto que su vida se terminó. Pero no para siempre, puesto que permanecerá en el recuerdo de todos los que le quisieron, y son muchos los que llevan a esta gran persona en su corazón.
Quién puede ser enemigo de alguien que era humildad y sencillez. De alguien que daba todo lo que tenía, y además sin importarle. Al contrario, él lo entendía que lo hacía para ayudar al prójimo. Así era Teodoro.
Hace años tuve el placer de conocer a esta gran persona, y desde entonces nuestra amistad fue creciendo. Lo admiraba por la lucha que ha tenido siempre con la vida, y también admiraba la forma en que tenía de contar sus vivencias taurinas. Me encantaba escucharlo hablar de cuando comenzó toreando, era fuente de sabiduría.
Adiós teodoro, Adiós
Ayer el pueblo de Almadén le rindió su último homenaje, y lo hizo con el deseo expreso del maestro. Puesto que Teodoro quería que le dieran la vuelta al ruedo en su coso, y por qué no, al son de su pasodoble, ya que hacía unos años se lo habían compuesto. Sus paisanos no lo defraudaron y allí estaban en su plaza para darle el último adiós. Un adiós que se fue con la gran ovación que le tributaron antes de abandonar la plaza por la puerta grande. Por aquella en la que en sus años de gloria atravesara con tanto orgullo. Y con orgullo lo llevaban sus amigos. Ese orgullo de saber que tenían a un amigo fiel.
Como detalle en su ataúd, y en esa vuelta al ruedo estaba la camiseta de su peña, la de la Asociación de Amigos de la Plaza de Toros de Almadén, de la que fue socio fundador, en la que se podía ver la inscripción de “Adiós Maestro”. Maestro era lo que era para todos, a pesar de que nunca llegó a tomar la alternativa, puesto que su futuro se vio truncado un 18 de julio de 1956 en Almagro cuando un toro de la ganadería sevillana de Doña Amelia y Alberto Marqués le propinó una cornada en el muslo derecho. Ese día dijo adiós para siempre a vestirse de luces, y a realizar uno de sus sueños.
Aún así siguió vinculado durante estos años al mundo del toros, y cuando se reinauguró su plaza, fue el asesor. Allí estaba Teodoro con la ilusión de un joven, preparado para asesorar en todo lo que pudiera al presidente del festejo.
personalidades
En la despedida a Teodoro Muñoz no faltaron, aparte de su esposa Mari, su hijo Joaquín y demás seres queridos, el alcalde de la localidad, Emilio García Guisado, el que fuera concejal de Festejos y presidente de la plaza, José Tejero Manzanares, el banderillero Félix Jesús Rodríguez, el alcalde de Alamillo, Pablo Fernández y todos los miembros de la Asociación Amigos de la Plaza de Toros de Almadén.
Va por ti maestro, descansa en paz.
Descanse en paz maestro, en su tierra siempre le recordaran con cariño.
ResponderEliminardescansa en paz abuelo, tu familia siempre te recordaremos como ese gran maestro,
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