23 septiembre 2010

La calidad del toreo se impone ante el corte de orejas

Luis Miguel Vázquez puso el toreo, mientras que Rubén Pinar triunfó saliendo a hombros. Los toros de Alcurrucén dieron un juego desigual, destacando el cuarto por su nobleza, aunque al quinto se le dio la vuelta al ruedo.

No siempre el resultado artístico de un festejo suele coincidir con lo que se ha visto en la plaza. Eso ocurrió el sábado en Torralba de Calatrava, Luis Miguel Vázquez no fue el triunfador numérico pero sí triunfó ante un toreo de calidad, y frente al mejor toro de todo el encierro, a pesar de no obtener la vuelta al ruedo como sucedería con el quinto.
Era la última tarde en la temporada de Luis Miguel Vázquez. Una temporada bien corta que ha cerrado con un buen sabor de boca, como el que dejó a los aficionados de Torralba. Bien es cierto que le correspondió el mejor lote, y bien que lo supo aprovechar. Una lástima que por la espada el triunfo no hubiera sido mayor, pero la calidad y el empaque hacen que se olviden los trofeos. Lo que se queda grabado en la retina no es el torero paseando uno o dos trofeos, sino los muletazos de manos bajas, esas medias verónicas rematadas en la cadera. Un toreo digno de los más privilegiados en el arte de Cúchares.
A su primero lo recibió a la verónica con mucha cadencia rematándolas con una media con gran sabor. Con la muleta comenzó con su estilo personal para dejar muy buenos muletazos por el pitón derecho, destacando las tandas al natural, sobre todo al final con los pies juntos. Mató de estocada trasera y tendida y un descabello.
Lo mejor de la tarde se vio en el cuarto. Donde lo recibió con un ramillete de verónicas de gran aroma, destacando las medias. Bien en banderillas Félix Jesús Rodríguez. Antes de terminar el tercio de banderillas el astado arremetió contra las tablas levantándolas, sin producir ningún altercado. Con la muleta se vio al mejor Luis Miguel Vázquez de la temporada, e incluso hubo pases que nunca se le habían visto al daimieleño. Compuso una faena intensa que iba ganando en enjundia y temple a cada pase. El embrujo resurgió de las manos de este joven torero. La pena es que pinchara, para después dejar una estocada casi entera. Tuvo que entrar a descabellar. El presidente le concedió la oreja demandada por el respetable.
Tres trofeos y una vuelta al rueda se llevó Rubén Pinar de la plaza de toros de Torralba de Calatrava. Se notó el oficio que tiene el joven albaceteño puesto que torear todos los días hace mucho, aún así tuvo que tirar del toreo de cara a la galería para poder arrancar esa vuelta al ruedo al astado de Alcurrucén.
Miguel Tendero pechó con el peor lote. Lo intentó por todos los medios pero no consiguió nada ante unos toros que embestían a media altura y no se fijaban en la muleta del de Albacete

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