Con media entrada en los tendidos y con la sustitución de Víctor Puerto en el cartel, donde se podía leer en la entrada de la plaza, que en su lugar torearía Sánchez Vara. Así comenzó el festejo en el que se lidiaron cuatro toros de El Ventorrillo de juego desigual, concediéndole la vuelta al ruedo al cuarto, de nombre “Mancheguito” herrado con el número 83, y dos novillos de Víctor y Marín, nobles y de juego desigual.
Abría cartel Aníbal Ruiz que cogió el capote como si cogiera un lienzo, para dibujar verónicas en él. Aunque de primeras el burel cogió muy bien los vuelos de su capote, en la muleta la cosa cambió, por mucho que Aníbal Ruiz intentó ligar los pases, el de El Ventorrillo se resistía y lo frenaba, de uno en uno es como consentía. La constancia del diestro consiguió algún pasaje por el pitón derecho, que era el mejor del cornúpeta. El fallo con la espada deslució su labor. Leves palmas se escucharon en el tendido.
Y como este diestro no es de los que se deja ganar la partida, y viendo que sus compañeros ya habían abierto la puerta grande, salió a por todas, de nuevo se topó con un enemigo que no quiso colaborar desde un principio. Lo mismo pasó con los primeros compases de la faena, fue en mitad de la misma donde empezó a coger otros vuelos. A realizar un toreo de más calidad para conseguir el triunfo. Estocada casi entera para cortar las dos orejas.
Sánchez Vara entró por la puerta de la sustitución, pero salió por la puerta grande, con un triunfo muy redondo, cuatro orejas y un rabo. Pechó con un buen lote, sobre todo su segundo, que le concedieron la vuelta al ruedo, por la nobleza que transmitió.
Con una larga cambiada combinada con verónicas, chicuelinas y revolera saludó a su primer enemigo. Lo llevó galleando por chicuelinas. En banderillas dio espectáculo. Sentado en el estribo comenzó la faena muleteril, para continuar toreando de rodillas. El toro le hizo un extraño ya en galleo, y no estaba todo lo confiado que debiera Sánchez Vara. Aún así dejó una faena que llegó al tendido. Tras la estocada, el respetable pidió las dos orejas que paseó por el tendido.
Otra cosa fue el segundo de su lote, un toro de una gran nobleza y fijeza, que tomaba la muleta con una calidad extraordinaria. El diestro alcarreño lo recibió con dos largas cambiadas para continuar a la verónica y rematar con dos medias de cartel de toros. Quitó por navarras. Y de nuevo dio espectáculo en banderillas, sobre todo, con un par al quiebro. Con un toreo más sentido, enfajándose con el astado y dejando tandas de gran calidad, destacando una al natural donde se veía la conjunción que existía entre torero y toro. Mata de estocada y consigue los máximos trofeos y la vuelta al ruedo de su enemigo.
El novillero Gutiérrez Mora debutaba con el castoñero, y que mejor marco que la plaza de su localidad natal. Una apuesta muy arriesgada y a la vez bonita, puesto que es en la tierra de uno donde más se exige al torero, y donde él mismo se exige y se entrega.
Gutiérrez Mora no defraudó a nadie. Y bien seguro que se calificó con muy buena nota, puesto que cortó cuatro orejas y un rabo, las primeras que se han depositado en su esportón de novillero con caballos.
El novillo de su debut no fue el que un joven sueño para plasmar su toreo. Fue un ejemplar muy complicado, que había que hacerle las cosas por bajo y someterlo para poder moldearlo. Con el capote poco pudo hacer, lo mismo que sucedió con el inicio de faena. Fue en mitad de la misma donde Diego empezó a bajarle la mano y a encontrarse más a gusto, puesto que veía la respuesta del utrero. Un pinchazo y una estocada le sirvieron para pasear las primeras orejas de su nueva etapa.
En el que cerraba plaza, un novillo con más nobleza y calidad, fue donde se sintió este joven novillero, donde plasmó su toreo al natural. Donde llegó a los tendidos. Y no por paisanismo le otorgaron los máximos trofeos. No. Se los dieron porque entendió muy bien a su enemigo. Porque realizó el toreo que siente, y máxime, cuando este novillo se lo brindas a tu madre, por narices la cosa tiene que salir bien. Puesto que es una prueba muy difícil de superar, y que Gutiérrez Mora, superó con creces. Estocada y los máximos trofeos.
Me alegro por el novillero porzuniego¡¡¡
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