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28 agosto 2013

‘Valenciano’ creó afición en Tomelloso

Con casi lleno en los tendidos se ha lidiado una corrida de la familia Capea, 1º de Carmen Lorenzo, 2º San Pelayo y resto de San Mateo. El quinto de nombre ‘Valenciano’ herrado con el número 31 ha sido indultado. Corrida noble y manejable.

Diego Ventura, oreja tras petición y oreja tras petición.

Enrique Ponce, oreja y dos orejas y rabo simbólicos.

César Jiménez, oreja y dos orejas.

Cuando se ve que un toro embiste, que tiene nobleza y que además es una máquina de toreo, a ese toro se le debe perdonar la vida, ya que la cabaña de bravo está muy necesitada de animales de estas cualidades. Estamos de acuerdo que para aprobar a un toro debe de haber cumplido en los tres tercios, y que ‘Valenciano’ con el capote apenas se le vio, que tampoco se empleó a fondo con el caballo, pero sin embargo, con la muleta estuvo muy por encima, muy bravo y encastado. No paraba de embestir, de seguir los engaños que le presentaba otro valenciano. La presidenta no lo veía para indulto, pero en un diálogo con el torero, al cual le indicaba que le concedería dos vueltas al ruedo, al final con otra tanda más, Ponce la convenció.

Abría cartel Diego Ventura que enceló en los medios al ejemplar de Carmen Lorenzo para posteriormente dejar un rejón de castigo a lomos de ‘Cigarrera’. Con ‘Chalana’ clavó banderillas al quiebro. Con ‘Ordóñez’ llegó mucho al toro para dejar otras dos banderillas. Ya con ‘Remate’ clavó a dos manos un par al estribo, con la cortas las puso al violín. Con el rejón de muerte no estuvo muy acertado, pinchando y dejando un rejón caído y trasero. Tan sólo se le concedió una oreja, y eso que hubo petición de una segunda.

Lo mismo le pasó con su segundo ejemplar, en esta ocasión con el hierro de San Mateo, que se le volvió a pedir la segunda oreja, teniendo que pasear tan sólo una. Puesto que este ejemplar fue mucho más parado que el anterior, tuvo que ponerle dos rejones de castigo, para poder sacarle su bravura, aún así se paró mucho. Con la yegua ‘Milagro’ dejó pares al quiebro, que gustaron mucho a la afición. Con ‘Cheque’ dejó otros dos pares clavando al estribo. Cerró su actuación, de nuevo, con ‘Remate’ donde clavó las cortas al violín. Mató de rejón trasero. Y descabello.

Enrique Ponce se llevó el premio gordo en el sorteo. En esta ocasión el refrán hizo su cometida, y salió un quinto toro excepcional, sino lo fue en el capote en sus primeros compases, lo fue en la muleta. Ya se vislumbró la calidad del astado tras el quite a la verónica con una revolera que realizó el de Chivas. Faena de temple, ligazón y gusto la que se vivió en el coso tomellosero. Destacar el toreo al natural exquisito. Larga fue la faena, puesto que el de San Mateo no se cansaba de embestir, humillando y con la boca cerrada. ‘Valenciano’ se ganó el derecho a volver a la dehesa con sus hermanos. Dos orejas y rabo simbólicos paseó junto al Niño de la Capea, que era el ganadero, Enrique Ponce.

Con su primero cortó una oreja, en una faena que hizo más de enfermero que de torero, al principio de la misma. Con mucho mimo consiguió meter al burel en la bamba de su muleta, haciendo que cogiera confianza. Al natural llegaron los mejores pasajes. Toreo desmayado para cerrar la tanda. Pinchazo hondo y descabello. Oreja de de San Pelayo.

César Jiménez, que aparte de ir vestido de luces, ejercía de empresario le tocó bailar con la guapa en tercer lugar y con la más fea en sexto.

A su primero lo recibe a la verónica. Quita por chicuelinas y gaoneras, rematando con una larga. En los medios con la montera en los pies cita de largo al de San Mateo que se lo pasa por la espalda en varias ocasiones. Faena con empaque en la que para sentirse más se descalza y pega varios molinetes. Templa la embestida de un toro que con la izquierda toma la muleta rebrincao. Media estocada y dos descabellos. Oreja.

El que cerraba plaza fue el peor de todo el encierro. No quiere saber nada de los vuelos del capote de Jiménez. Un toro muy avanto. En la faena, tuvo que inventársela. Al principio no le daba opciones, pero a base de ponerse y ofrecerle la franela consiguió meterlo en la bamba de su muleta. Dejando una faena y estocada que le sirvieron el corte de las dos orejas.