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09 septiembre 2013

El poder de la muleta para brindar el triunfo

Las Virtudes, con lleno en los tendidos se ha lidiado una corrida de Jaralta, bien presentados y de juego desigual.

Aníbal Ruiz, petición de oreja y dos orejas.

Román Pérez, oreja y oreja.

Emilio Huertas, silencio tras aviso y dos orejas tras aviso.

Buen ambiente el que se vivía en las inmediaciones de la plaza de toros de Las Virtudes, y mucho mejor el que se vivió dentro de sus muros. La afición respondió y cubrió los tendidos del  coso rectangular. Un coso vetusto que encierra mucha historia entre sus paredes. Historias que callan cada tarde para escribir una nueva página en su libro de oro particular. Esta tarde ha escrito la historia de tres jóvenes que abren la puerta grande con una corrida bien presentada de Jaralta, que mostró sus complicaciones en alguna ocasión.

Y como la historia se va escribiendo tarde a tarde, Emilio Huertas la volvió a escribir en su pueblo, donde hacía el paseíllo por primera vez como matador de toros. La plaza que lo viera crecer de novillero, lo vuelve a ver en una nueva etapa de su vida.

Aníbal Ruiz se encontró con un primer ejemplar que le dejó torear a placer con el capote, muy templadito, con una embestida muy suave para lancear a la verónica y combinarlo con chicuelinas. En el estribo citó al de Jaralta para componerle una faena en la que mandó la muleta del de Alcázar de San Juan. Por el pitón izquierdo el toro respondió peor, aún así lo probó, pero la base de la faena la hizo por el derecho donde se entregó. Finalizó con muletazos con la rodilla en tierra. Pinchazo y estocada caída y tendida hicieron que el trofeo no fuera otorgado por la presidencia. Hubo fuerte petición.

En su segundo vendría la mejor versión de Aníbal Ruiz. Un toreo más templado y despacito, con un ejemplar que le permitió el torear a placer. El gustarse con lo que hacía y gustar en el tendido. Con una larga cambiada lo recibió para enlazar con verónicas y finalizar con revolera. Un toreo de capa de mucho gusto. La faena fue larga y a más, tanto por parte del toro como del torero. Ambos se crecieron en la pelea, y fue el torero quien logró vencer a su oponente. Mató de una estocada cortando las dos orejas.

Román Pérez saludó a la verónica y con chicuelinas a su primero, dejando una buena impronta ante la afición. Con la muleta en la mano se fue sacando al burel a los medios donde le recetó una faena de gran dimensión. Al natural dejó unos naturales de largo trazo. Estocada y oreja.

El quinto poco se empleó en el capote. Muy despacito inició la faena con la diestra, domando la embestida del de Jaralta. Por la izquierda el toro iba mejor, era su pitón y pronto se dio cuenta Román, que se echó la muleta a la mano zurda para dejar muletazos de clase. Finalizó con la rodilla en tierra. Estocada. Otra oreja que le servía para abrir la puerta grande.

Emilio Huertas no tuvo suerte con su lote, el primero porque desde salida fue un manso y su segundo tuvo que estar muy encima de él para robarle las tandas.

De salida, el tercero, parecía que iba a embestir, puesto que cogió el capote de Emilio Huertas muy bien, lo toreó muy despacito y templado, pero tras ser picado el burel buscó las tablas. Se negó a embestir, y a entrar en la muleta que le ofrecía Huertas. Por más que lo cambió de terreno, el toro en sus trece, no quiso saber nada de ella. Su faena se basó en el macheteo. Le costó entrar a matar, ya que no se quedaba quieto. Tras varios intentos dejó una estocada.

Y por ser su debut como matador de toros no se podía ir de vacío. Salió a por todas. Y así lo vieron sus paisanos. Un saludo capotero que despertó al respetable y le arrancó los olés. El toreo a la verónica de Huertas gustó, como las chicuelinas. Y más aún el inicio de faena, que doblándose con él lo sacó a los medios. Enganchó muy adelante la embestida del toro y la llevó muy largo. Un toreo clásico y elegante el de Emilio Huertas. El burel no embestía con la franqueza de su raza y tuvo que aguantar alguna que otra parada en mitad del muletazo. Una buena estocada para rubricar su obra. Y dos orejas como premio. Pero dos orejas ganadas a ley, no por paisanaje.


1 Comments:

Blogger Manolo López said...

Buen espectáculo en una de las plazas más antigua, y peculiar de nuestra geografía...y en la que Anibal, a su segundo toro, dominó y logro desorejarlo...una vez más septiembre es el mes de Anibal Ruiz...Suerte torero

13:09  

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