Las Virtudes, con lleno en los
tendidos se ha lidiado una corrida de Jaralta, bien presentados y de juego
desigual.
Aníbal Ruiz, petición de oreja y
dos orejas.
Román Pérez, oreja y oreja.
Emilio Huertas, silencio tras
aviso y dos orejas tras aviso.
Buen ambiente el que se vivía en
las inmediaciones de la plaza de toros de Las Virtudes, y mucho mejor el que se
vivió dentro de sus muros. La afición respondió y cubrió los tendidos del coso rectangular. Un coso vetusto que
encierra mucha historia entre sus paredes. Historias que callan cada tarde para
escribir una nueva página en su libro de oro particular. Esta tarde ha escrito
la historia de tres jóvenes que abren la puerta grande con una corrida bien
presentada de Jaralta, que mostró sus complicaciones en alguna ocasión.
Y como la historia se va
escribiendo tarde a tarde, Emilio Huertas la volvió a escribir en su pueblo,
donde hacía el paseíllo por primera vez como matador de toros. La plaza que lo
viera crecer de novillero, lo vuelve a ver en una nueva etapa de su vida.
Aníbal Ruiz se encontró con un
primer ejemplar que le dejó torear a placer con el capote, muy templadito, con
una embestida muy suave para lancear a la verónica y combinarlo con
chicuelinas. En el estribo citó al de Jaralta para componerle una faena en la
que mandó la muleta del de Alcázar de San Juan. Por el pitón izquierdo el toro
respondió peor, aún así lo probó, pero la base de la faena la hizo por el
derecho donde se entregó. Finalizó con muletazos con la rodilla en tierra.
Pinchazo y estocada caída y tendida hicieron que el trofeo no fuera otorgado
por la presidencia. Hubo fuerte petición.
En su segundo vendría la mejor
versión de Aníbal Ruiz. Un toreo más templado y despacito, con un ejemplar que
le permitió el torear a placer. El gustarse con lo que hacía y gustar en el
tendido. Con una larga cambiada lo recibió para enlazar con verónicas y
finalizar con revolera. Un toreo de capa de mucho gusto. La faena fue larga y a
más, tanto por parte del toro como del torero. Ambos se crecieron en la pelea,
y fue el torero quien logró vencer a su oponente. Mató de una estocada cortando
las dos orejas.
Román Pérez saludó a la verónica
y con chicuelinas a su primero, dejando una buena impronta ante la afición. Con
la muleta en la mano se fue sacando al burel a los medios donde le recetó una
faena de gran dimensión. Al natural dejó unos naturales de largo trazo.
Estocada y oreja.
El quinto poco se empleó en el
capote. Muy despacito inició la faena con la diestra, domando la embestida del
de Jaralta. Por la izquierda el toro iba mejor, era su pitón y pronto se dio
cuenta Román, que se echó la muleta a la mano zurda para dejar muletazos de
clase. Finalizó con la rodilla en tierra. Estocada. Otra oreja que le servía
para abrir la puerta grande.
Emilio Huertas no tuvo suerte con
su lote, el primero porque desde salida fue un manso y su segundo tuvo que
estar muy encima de él para robarle las tandas.
De salida, el tercero, parecía
que iba a embestir, puesto que cogió el capote de Emilio Huertas muy bien, lo
toreó muy despacito y templado, pero tras ser picado el burel buscó las tablas.
Se negó a embestir, y a entrar en la muleta que le ofrecía Huertas. Por más que
lo cambió de terreno, el toro en sus trece, no quiso saber nada de ella. Su
faena se basó en el macheteo. Le costó entrar a matar, ya que no se quedaba
quieto. Tras varios intentos dejó una estocada.
Y por ser su debut como matador
de toros no se podía ir de vacío. Salió a por todas. Y así lo vieron sus
paisanos. Un saludo capotero que despertó al respetable y le arrancó los olés.
El toreo a la verónica de Huertas gustó, como las chicuelinas. Y más aún el
inicio de faena, que doblándose con él lo sacó a los medios. Enganchó muy adelante
la embestida del toro y la llevó muy largo. Un toreo clásico y elegante el de
Emilio Huertas. El burel no embestía con la franqueza de su raza y tuvo que
aguantar alguna que otra parada en mitad del muletazo. Una buena estocada para
rubricar su obra. Y dos orejas como premio. Pero dos orejas ganadas a ley, no
por paisanaje.
Buen espectáculo en una de las plazas más antigua, y peculiar de nuestra geografía...y en la que Anibal, a su segundo toro, dominó y logro desorejarlo...una vez más septiembre es el mes de Anibal Ruiz...Suerte torero
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