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15 septiembre 2013

Lo que la espada se llevó…

Miguelturra, con menos de media plaza en los tendidos, se ha lidiado una corrida mixta de Sonia Gónzalez, bien presentada y muy noble.

El rejoneador Miguel Ángel Martín, dos orejas y ovación.

Aníbal Ruiz, silencio y oreja.

Jiménez Fortes, saludos desde el tercio y dos orejas.

Con quince minutos de retraso, según la hora prevista de la corrida, daba comienzo el festejo. Una tarde marcada por la espada. Esa espada que se lleva los triunfos de los toreros, que les niega el privilegio de conquistar trofeos. Ese éxito tan importante para ellos. Falló en su segundo Miguel Ángel Martín, falló Aníbal Ruiz en sus dos enemigos y Jiménez Fortes, en el tercero. Pero los toreros son grandes y ante las adversidades suelen venirse arriba. Son rachas que a veces la tizona no va encaminada a la gloria, no traza una línea para lograr los trofeos merecidos durante la faena.

Abría plaza el rejoneador Miguel Ángel Martín, un joven con ganas de triunfo que viene arreando. De salida puso con su caballo “Golondrino” dos rejones de castigo. En  banderillas sacó a un caballo nuevo que torea muy bien en la cara del toro, se arrima y deja que su jinete clave las banderillas en lo alto, “Milla”, un nombre que no hay que olvidar. Dos pares clavó con este caballo, destacar el último par clavando al estribo. Con “Varón” clavó al violín, ya con un toro venido a tablas, que le costaba embestir. Para las cortas y el rejón de muerte sacó a “Velero”. Tan sólo pudo clavar una corta si quería que el de Sonia González aguantara hasta el final. Clavó el rejón de muerte y dos orejas que paseó en el coso del que se siente parte de esta ciudad.

En el cuarto de la tarde tan sólo le clavó un rejón de castigo, en esta ocasión a lomos de “Murillo”. Para banderillas sacó a su caballo estrella “Lagartijo” que aún no está del todo recuperado, aún así el caballo cumplió, dos pares clavó. Cabalgando a dos pistas antes de abandonar el ruedo. Con “Marqués” puso un par a dos manos. Y de nuevo sacó a “Velero” para clavar una corta, una rosa y el rejón de muerte, que en esta ocasión tuvieron que ser dos. Saludó ante sus paisanos.

Aníbal Ruiz de nuevo volvió a perder la puerta grande por la espada. Está atravesando una racha mala con el acero, que esperemos que pase pronto, puesto que los triunfos son necesarios. Aún así, el respetable no sólo juzga a un torero por cómo está al final de su actuación, sino por el conjunto en sí, y de sobra sus faenas tienen los mimbres suficientes para crear un buen cesto y recibir el cariño del respetable.

Con su primero no puedo lucirse con el capote, tan sólo unas verónicas sueltas. Faena con muletazos sentidos sobre todo las tandas por el pitón derecho, donde Aníbal expresó su toreo. La espada le privó de pasear algún trofeo por el albero.

En el quinto, el mejor toro del encierro, con una embestida muy noble que dejaba torear a placer salió Aníbal Ruiz a por todas. Saludó a la verónica con cadencia. En la faena de muleta se entrega, toreando al ritmo que marcaba el astado dejando al final la firma propia del diestro, el puente en el albero. Pero de nuevo su sueño de atravesar la puerta grande se ve truncado por la espada.

Jiménez Fortes capote en mano recibió al tercero de la tarde con unas verónicas de manos bajas, abriendo el compás. Un ramillete de bellas verónicas para saludar al de Sonia González. Quitó por chicuelinas muy ajustadas rematando con una larga. La gran dimensión de su toreó llegó al natural, donde cuajó una faena brillante, lástima que la espada emborronara su obra, y sobre todo el descabello. Escuchó un aviso. Recibió una gran ovación que fue a recoger al tercio.


En el que cerraba plaza, poco pudo hacer con el capote. Sin embargo con la muleta dejó muestras, de nuevo, de su gran dimensión de torero. Una faena por ambos pitones donde primó su toreo con la diestra. Manoletinas para finalizar su obra. Pinchazo y estocada. Dos orejas.