Miguelturra, con menos de media
plaza en los tendidos, se ha lidiado una corrida mixta de Sonia Gónzalez, bien
presentada y muy noble.
El rejoneador Miguel Ángel
Martín, dos orejas y ovación.
Aníbal Ruiz, silencio y oreja.
Jiménez Fortes, saludos desde el
tercio y dos orejas.
Con quince minutos de retraso,
según la hora prevista de la corrida, daba comienzo el festejo. Una tarde
marcada por la espada. Esa espada que se lleva los triunfos de los toreros, que
les niega el privilegio de conquistar trofeos. Ese éxito tan importante para
ellos. Falló en su segundo Miguel Ángel Martín, falló Aníbal Ruiz en sus dos
enemigos y Jiménez Fortes, en el tercero. Pero los toreros son grandes y ante
las adversidades suelen venirse arriba. Son rachas que a veces la tizona no va
encaminada a la gloria, no traza una línea para lograr los trofeos merecidos
durante la faena.
Abría plaza el rejoneador Miguel
Ángel Martín, un joven con ganas de triunfo que viene arreando. De salida puso
con su caballo “Golondrino” dos rejones de castigo. En banderillas sacó a un caballo nuevo que torea
muy bien en la cara del toro, se arrima y deja que su jinete clave las
banderillas en lo alto, “Milla”, un nombre que no hay que olvidar. Dos pares
clavó con este caballo, destacar el último par clavando al estribo. Con “Varón”
clavó al violín, ya con un toro venido a tablas, que le costaba embestir. Para
las cortas y el rejón de muerte sacó a “Velero”. Tan sólo pudo clavar una corta
si quería que el de Sonia González aguantara hasta el final. Clavó el rejón de
muerte y dos orejas que paseó en el coso del que se siente parte de esta ciudad.
En el cuarto de la tarde tan sólo
le clavó un rejón de castigo, en esta ocasión a lomos de “Murillo”. Para
banderillas sacó a su caballo estrella “Lagartijo” que aún no está del todo
recuperado, aún así el caballo cumplió, dos pares clavó. Cabalgando a dos
pistas antes de abandonar el ruedo. Con “Marqués” puso un par a dos manos. Y de
nuevo sacó a “Velero” para clavar una corta, una rosa y el rejón de muerte, que
en esta ocasión tuvieron que ser dos. Saludó ante sus paisanos.
Aníbal Ruiz de nuevo volvió a
perder la puerta grande por la espada. Está atravesando una racha mala con el
acero, que esperemos que pase pronto, puesto que los triunfos son necesarios.
Aún así, el respetable no sólo juzga a un torero por cómo está al final de su
actuación, sino por el conjunto en sí, y de sobra sus faenas tienen los mimbres
suficientes para crear un buen cesto y recibir el cariño del respetable.
Con su primero no puedo lucirse
con el capote, tan sólo unas verónicas sueltas. Faena con muletazos sentidos
sobre todo las tandas por el pitón derecho, donde Aníbal expresó su toreo. La
espada le privó de pasear algún trofeo por el albero.
En el quinto, el mejor toro del
encierro, con una embestida muy noble que dejaba torear a placer salió Aníbal
Ruiz a por todas. Saludó a la verónica con cadencia. En la faena de muleta se
entrega, toreando al ritmo que marcaba el astado dejando al final la firma propia
del diestro, el puente en el albero. Pero de nuevo su sueño de atravesar la
puerta grande se ve truncado por la espada.
Jiménez Fortes capote en mano
recibió al tercero de la tarde con unas verónicas de manos bajas, abriendo el
compás. Un ramillete de bellas verónicas para saludar al de Sonia González. Quitó
por chicuelinas muy ajustadas rematando con una larga. La gran dimensión de su
toreó llegó al natural, donde cuajó una faena brillante, lástima que la espada
emborronara su obra, y sobre todo el descabello. Escuchó un aviso. Recibió una
gran ovación que fue a recoger al tercio.
En el que cerraba plaza, poco
pudo hacer con el capote. Sin embargo con la muleta dejó muestras, de nuevo, de
su gran dimensión de torero. Una faena por ambos pitones donde primó su toreo
con la diestra. Manoletinas para finalizar su obra. Pinchazo y estocada. Dos
orejas.
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