Villarrubia de los Ojos, con lleno en los tendidos se ha
lidiado una corrida de Peñajara, bien presentados y justitos de fuerza.
Eugenio de Mora, oreja y oreja
Aníbal Ruiz, oreja y oreja con fuerte petición de la segunda
y dos vueltas al ruedo.
Fernando Tendero, palmas y dos orejas.
Con más de media hora de retraso
comenzó el festejo en Villarrubia de los Ojos, la culpa del fútbol, que al ser
retransmitido había que esperar a que finalizara, y mientras los toreros en el
patio de cuadrillas, liados en el capote de paseo esperando a que sonaron los
clarines, los nervios revoloteando por el aire a la espera de atemperarlos. En
los tendidos el público impaciente. Un público muy festivo que desde los
primeros capotazos hasta el final de faena vitoreaban todo. Y una presidencia
muy recta.
Abría cartel Eugenio de Mora, que
cortó una oreja a cada uno de sus ejemplaros. Un primer toro al que lo recibió
con verónicas muy lentas y templadas. Con la muleta supo darle los tiempos
necesarios, ya que desde los inicios se quería rajar. Terminó con las rodillas
en tierra. Mató de media estocada y estocada tendida. Oreja.
En su segundo, el toro más
complicado de toda la corrida, tuvo que llevarlo muy tapado, en el momento que
le bajaba la mano, el toro debido a su poca fuerza doblaba las manos. Y si lo
toreaba a media altura, tiraba cada gañafón, que era imposible ligar las tandas
y hacer un toreo lucido. Aún así estuvo en torero consiguiendo por el pitón
izquierdo alguna tanda. Estocada un pelín caída y oreja.
Aníbal Ruiz vino a por todas.
Larga cambiada para seguir con un ramillete de verónicas con gusto y templadas.
Galleó por chicuelinas con revolera. Y quitó con una crinolina para seguir con
gaoneras. Mucho gusto con el capote. Con las rodillas en tierra comenzó la
faena. Para seguir con la diestras. Lo mejor llegó por el pitón izquierdo,
dónde dejó naturales largos. Y no pudo faltar el desplante del puente y
terminar tirándole besos al ejemplar que le había hecho disfrutar toreando. Pinchazo
y media estocada arriba, en buen sitio. Y varios descabellos. Oreja.
En el quinto, de nuevo volvió a
dejar muy buen toreo de capa, toreando a la verónica tanto en el saludo como en
el quite. Con la muleta su toreo fue diferente al del primer ejemplar. Un toreo
más festivo, más aplaudido por el respetable. La faena a este ejemplar la
vibraron desde los tendidos. Pinchazo y estocada. Oreja con fuerte petición de
la segunda. Dos vueltas al ruedo.
Fernando Tendero hacía su primer
paseíllo de la temporada y fue una vez más fiel a su concepto. A pesar de que
apenas ha toreado, dos festivales, se le vio muy cuajado. Toreo con lentitud,
con tranquilidad, sabiendo lo que hacía en cada momento.
A su primero lo recibió a la
verónica con mucha plasticidad. Quitó por chicuelinas. Bien en banderillas
Valentín Cuevas. Doblándose con el de Peñajara lo sacó a los medios. El toro
era muy reservón, no se entregaba con facilidad, aún así Fernando Tendero supo
aguantarlo y recetarle los muletazos que necesitaba. Por el pitón izquierdo iba
mejor. En un momento en que se confió demasiado por casi lo engancha, pero lo
reflejos jugaron un papel importante. Pinchazo y media. Aplausos.
En el que cerraba plaza salió
Tendero a por todas, ya que sus compañeros habían abierto la puerta y él no
quería ser menos. Con dos faroles recibió al sexto. Verónicas de mano baja y
compás abierto siguieron a los faroles. Con mucha clase y elegancia se saca al
toro a los medios donde lo toreá por el
pitón derecho, bajándole la mano. Una faena maciza que tras tirarse en todo lo
alto, deja una estocada un pelín caída, que sirve para cortar las dos orejas.
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