07 septiembre 2013

Tres conceptos del toreo que culminaron en puerta grande

Villarrubia de los Ojos, con lleno en los tendidos se ha lidiado una corrida de Peñajara, bien presentados y justitos de fuerza.

Eugenio de Mora, oreja y oreja

Aníbal Ruiz, oreja y oreja con fuerte petición de la segunda y dos vueltas al ruedo.

Fernando Tendero, palmas y dos orejas.

Con más de media hora de retraso comenzó el festejo en Villarrubia de los Ojos, la culpa del fútbol, que al ser retransmitido había que esperar a que finalizara, y mientras los toreros en el patio de cuadrillas, liados en el capote de paseo esperando a que sonaron los clarines, los nervios revoloteando por el aire a la espera de atemperarlos. En los tendidos el público impaciente. Un público muy festivo que desde los primeros capotazos hasta el final de faena vitoreaban todo. Y una presidencia muy recta.

Abría cartel Eugenio de Mora, que cortó una oreja a cada uno de sus ejemplaros. Un primer toro al que lo recibió con verónicas muy lentas y templadas. Con la muleta supo darle los tiempos necesarios, ya que desde los inicios se quería rajar. Terminó con las rodillas en tierra. Mató de media estocada y estocada tendida. Oreja.

En su segundo, el toro más complicado de toda la corrida, tuvo que llevarlo muy tapado, en el momento que le bajaba la mano, el toro debido a su poca fuerza doblaba las manos. Y si lo toreaba a media altura, tiraba cada gañafón, que era imposible ligar las tandas y hacer un toreo lucido. Aún así estuvo en torero consiguiendo por el pitón izquierdo alguna tanda. Estocada un pelín caída y oreja.

Aníbal Ruiz vino a por todas. Larga cambiada para seguir con un ramillete de verónicas con gusto y templadas. Galleó por chicuelinas con revolera. Y quitó con una crinolina para seguir con gaoneras. Mucho gusto con el capote. Con las rodillas en tierra comenzó la faena. Para seguir con la diestras. Lo mejor llegó por el pitón izquierdo, dónde dejó naturales largos. Y no pudo faltar el desplante del puente y terminar tirándole besos al ejemplar que le había hecho disfrutar toreando. Pinchazo y media estocada arriba, en buen sitio. Y varios descabellos. Oreja.

En el quinto, de nuevo volvió a dejar muy buen toreo de capa, toreando a la verónica tanto en el saludo como en el quite. Con la muleta su toreo fue diferente al del primer ejemplar. Un toreo más festivo, más aplaudido por el respetable. La faena a este ejemplar la vibraron desde los tendidos. Pinchazo y estocada. Oreja con fuerte petición de la segunda. Dos vueltas al ruedo.

Fernando Tendero hacía su primer paseíllo de la temporada y fue una vez más fiel a su concepto. A pesar de que apenas ha toreado, dos festivales, se le vio muy cuajado. Toreo con lentitud, con tranquilidad, sabiendo lo que hacía en cada momento.

A su primero lo recibió a la verónica con mucha plasticidad. Quitó por chicuelinas. Bien en banderillas Valentín Cuevas. Doblándose con el de Peñajara lo sacó a los medios. El toro era muy reservón, no se entregaba con facilidad, aún así Fernando Tendero supo aguantarlo y recetarle los muletazos que necesitaba. Por el pitón izquierdo iba mejor. En un momento en que se confió demasiado por casi lo engancha, pero lo reflejos jugaron un papel importante. Pinchazo y media. Aplausos.


En el que cerraba plaza salió Tendero a por todas, ya que sus compañeros habían abierto la puerta y él no quería ser menos. Con dos faroles recibió al sexto. Verónicas de mano baja y compás abierto siguieron a los faroles. Con mucha clase y elegancia se saca al toro a los medios donde  lo toreá por el pitón derecho, bajándole la mano. Una faena maciza que tras tirarse en todo lo alto, deja una estocada un pelín caída, que sirve para cortar las dos orejas. 

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