No sólo en el mundo basta con
tener dinero para conseguir todo lo que se quiere, también hace falta de
inteligencia. Una inteligencia que logra su propósito en esta lucha de clases
que nos ofrece Lope de Vega con su Villana de Getafe. Casi dos horas de representación
que debido al calor sofocante que hizo en el Hospital de San Juan no permitió
el disfrute completo del espectador.
Tener el privilegio de ver el
making off media hora antes de que la función de comienzo, hace que veas el
espectáculo de otro modo muy distinto. Sentada en tu butaca cuando se encienden
las luces y los actores hacen acto de presencia, te viene a la mente que un
rato ante, has sido testigo de lo que supone la preparación antes de entrar en
escena.
Podemos llegar a creer que como
cada noche representan la función que es algo que no necesita más preparación
que la que en su día se tuvo, pero craso error, puesto que el trabajo ha de ser
minucioso. Esta todo ensayado, preparado y listo para que nada falle durante
las casi dos horas en las que la Joven Compañía de Teatro Clásico representa
‘La Villana de Getafe’ en el Hospital de San Juan.
Es detrás de bambalinas dónde se
encuentra todo el vestuario que sacarán durante la representación, puesto que
como mínimo dos hatos lleva cada personaje. Todo con un rigor y un esmero
impecable. Aparte del vestuario esta la parte de utillería, con todos los
complementos que van luciendo. Y claro con los encargados de cada puesto, en
total más de treinta personas detrás de escena para que nada falle.
Los actores antes de comenzar
hacen técnicas de relajación, para posteriormente ensayar alguna parte de la
obra, y como colofón el calentamiento de voces, cada uno de una manera
diferente. Es curioso verlos danzar cada uno por un lado, emitiendo sonidos
diferentes, concentrándose e incluso haciendo yoga, según palabras de Tolo
Ferrá, ayudante de dirección.
Claro que una vez que estas al
otro lado del escenario, no te queda otra que disfrutar de lo que te ofrecen
este elenco de actores jóvenes. Una obra que muy poco se ha representado a lo
largo de los años y con la que se ha atrevido la Compañía Nacional. Una obra en
la que muestra una lucha de poder que a día de hoy es más real que nunca. Ese
poder en el que los ricos están inmersos y los pobres quieren llegar a alcanzar
algún día.
Para ello nuestra villana, que en
este caso Lope hacía referencia a que vivía en la villa de Getafe, logra
conseguir su propósito y adentrarse en el mundo de los ricos. Con un montaje
muy moderno en el que un bloque emulando unos contenedores es donde se
desarrolla toda la acción. Lo que más llama la atención, aparte de la modernidad
de la escenografía, es el ajuste en los videos donde aparecen distintos
vehículos, como logran el efecto de realmente ser un coche de verdad.
Casi dos horas de espectáculo en
el que se pudo disfrutar de una obra con muchos matices, en el que un taller de
coches marca el inicio de la obra. Un comienzo muy original, y donde Inés urde
todas las tramas para conseguir el amor de Don Félix dejando atrás a las
posibles novias que el caballero quería agenciarse de la alta alcurnia. Como
son Doña Ana y Doña Elena.
Un calor soporífico quiso hacer
acto de presencia durante toda la noche pero no mermó el ánimo del espectador
que se mantuvo atento en su asiento durante toda la representación.
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