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23 julio 2016

Los más malvados de nuestro siglo aureo

¿Quién ha dicho que en nuestra literatura no hay personajes malvados? Qué toda las historias escritas por nuestro literatos más grandes tienen finales felices. No todo es oro lo que reluce, hay personajes que son viles y así se han representado a lo largo de los siglos. Por ello, en ‘Malvados de oro’ se hace un recorrido desde Tirso de Molina hasta Juan Ruiz de Alarcón, sin dejarse atrás a Lope de Vega y a Calderón de la Barca.

En un enclave tan romántico como es el Patio Fúcares, donde el teatro es diferente, rodeados de esa arquitectura que ofrecen las columnas que rodean el patio, y con un escenario sencillo Daniel Albaladejo fue el malo, malísimo del siglo de oro de la literatura española. Hizo un recorrido por los diversos personajes de varios libros importantes de nuestro siglo aureo.

A través de un espejo imaginario en el que se reflejaban todos los movimientos que el actor hacía comenzaba ‘Malvados de Oro’. Para posteriormente salir el actor a llenar cada rincón del Patio Fúcares y llegar con su grandeza al espectador. Porque no es nada fácil que un monólogo guste a todo el mundo, y más si se desarrolla a la una de madrugada. Aunque en esta ocasión todo el respetable estuvo de acuerdo en que la actuación bien merecía trasnochar.

Recitando a Tirso de Molina comenzó esta aventura, que a cada paso te sumergía en un libro diferente, pero para adentrarse en los personajes malos de décadas pasadas quiso hacerlo a través de una canción de Paquita la del Barrio. Eso dio paso al personaje del comendador Fernán Gómez de Gúzman. Nos lo presentó en pleno apogeo de su maldad, con una versatilidad de personaje que asombró al soberano.

De Lope se pasó a Calderón con su obra ‘La vida es sueño’ en la que encarna los papeles del rey Basilio y su hijo Segismundo, con una desgarradora voz para adentrarse en el personaje de Segismundo al volver a su torre.

No sólo había hombres malos en nuestra literatura de aquella época, también había mujeres como lo fue Semíramis, a la que Calderón le dedicó un libro, narrando todas las hazañas para ambicionar el puesto de reina, como se fue cargando uno a uno a los que le estorbaban.

Volviendo a Lope nos presentó al duque de Ferrara como personaje principal, y por supuesto, malvado de ‘El castigo sin venganza’. Sin dejar de convertirse en Casandra y el conde Federico.


Y para finalizar, nos presentó ‘El anticristo’ de Juan Ruiz de Alarcón, sin antes hablarnos de su rivalidad con Lope de Vega. Un recorrido por nuestra literatura que nada tiene que envidiar a la inglesa. Como decía Albaladejo, que ellos han sabido vender mejor sus obras, pero no por ello son mejores, puesto que en España ha habido grandes escritores.