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29 julio 2016

Un Corral rebosante de jolgorio

 La Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico arranca la carcajada fácil a los espectadores con su Pedro de Urdemalas. Estrenada por primera vez en Almagro, donde arranca un ciclo con gran éxito para su próximas representaciones. Denis Rafter supo darle el punto divertido a la obra, para disfrutar con los actores y que ellos se lo transmitieran al público.

Entrar en el Corral de Comedias, a sabiendas que vas a ver una obra en estreno absoluto, en un enclave tan envolvente y para más inri encontrarte con los actores en el patio de butacas acomodando a la gente y deseándoles buena velada, hizo que el público conectara con ellos de una manera muy especial. Aunque más especial si cabe fue la representación de esta nueva hornada de actores de jóvenes que se dejó la piel en escena para representar una de las obras más picarescas de Miguel de Cervantes.

Desde los distintos sitios del Corral de Comedias se agrupan los actores para ir acercándose al escenario, mientras entonan una canción muy rítmica. Allí en las tablas se encuentran con la figura de Cervantes que los imagina a todos en su mente. Todos los personajes que van a ir creando a lo largo de su vida. Personajes que le dictan y apuntan lo que debe decir de ellos. Como cuando empieza a recitar: En un lugar de la Mancha, que ellos mismos se lo quieren cambiar por dignos hijos de la piedra. La obra termina como empieza, pero ya con la versión correcta del comienzo del Quijote.

Jimmy Castro en el papel de Pedro de Urdemalas lleva toda la trama con su picaresca, con la que logra conseguir los propósitos que se propone a lo largo de toda la obra. Una trama de actualidad donde se ven los vicios, debilidades, virtudes, preocupaciones y ambiciones del ser humano, al igual que pasa en el siglo XXI.


Con esta versión de Jerónimo López Mozo, Denis Rafter ha querido jugar con el meta-meta-teatro y crear tres dimensiones dentro de la escena. Muy bien ejecutado en la que el espectador ha estado pendiente de todo lo que sucedía en escena. Todo ello se ha visto recompensado con la ovación final puesto en pie todo el teatro.