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30 julio 2016

Una conquista muy larga

En el cuatrocientos aniversario de la muerte de Cervantes todo son obras a su persona. En concreto la Conquista de Jerusalén que se la atribuyen a él. El Espacio Miguel Narros da cabida esta obra con una mini Jerusalén en el centro del escenario que hace las veces de tierra cristiana y mora. Las distintas escenas van separadas por música, para ubicar al espectador en cada tramo.

Una de las últimas obras que se representaban en esta 39 edición del Festival de Almagro que ha tenido un contenido de gran calidad en la mayoría de las obras. Por ello, el listón estaba muy alto y las exigencias a esas alturas del Festival, mucho más. Una obra en la que la comedia no llegaba a calar al espectador, puesto que más bien lo que transmitió fue dureza. Dureza de una realidad en la que Jerusalén fue asediada y por ello no se describe como algo cómico, sino más bien serio.

Buena interpretación del elenco de actores en la que los textos eran duros. Contando con el apoyo de cinco músicos minstriles y un conjunto vocal de cuatro voces que van introduciendo los distintos ambientes de la obra. La trama en sí aparte de la conquista por esa ciudad de dos mundos diferentes es el enredo de amor en el que Tancredo es protagonista. Está enamorado de la mora Clorinda y a la vez, la princesa Herminia que tuvo prisionera está enamorado de él. Un enredo amoroso que no termina nada bien.

Maravillosa la reproducción en medio del escenario de una ciudad amurallada la de Jerusalén, que al abrirla te abre las puertas a la ciudad donde habitan los judíos, y si afilamos más y le damos un giro al montaje nos encontramos en el palacio judío. Muy bien diseñado todo.