Cuando se anuncia una corrida de Victorino Martín la
expectación es máxima. Le precede un pedrigreemuy alto para saber de lo que
estamos hablando. El topetazo contra el muro llega cuando no se es aficionado,
y es igual el ganado que salga por toriles. No se da la importancia que tienen
los albaserrada,ni tampoco a los tres tíos que se están jugando los muslos. Eso
ha pasado hoy en Almodóvar del Campo.
Se lidiaba una corrida de Victorino Martín, en la que ha
traído seis ejemplares bien presentados y de buen juego en líneas generales. El
festejo ha comenzado con quince minutos de retraso porque el público seguía
pasando a la plaza. En total el aforo se ha cubierto en casi los tres cuartos
de plaza.
El único de los tres toreros que ha logrado derretir el frío
glacial que se vivía en el tendido ha sido Jiménez Fortes cortando una oreja a
cada uno de sus astados. Ni Rafaelillo con una gran faena al cuarto ni Morenito
de Arando, han conseguido calentar al público. Era como si el festejo estuviera
dividido en sectores. Por una parte lo que se vivía y veía en el ruedo y
callejón, por otra, lo que el tendido percibía, y finalmente lo que la
presidencia divisaba. Tres ambientes que no han llegado a conectar, puesto que
los de Victorino tendrían que haberse ido al desolladero con menos orejas de
las que han ido. Ganadas a ley por los toreros, pero no lo ha visto así el
respetable.
Abría plaza Rafaelillo, que con el capote no ha podido
saludarlo porque el toro ha salido muy parado sin querer enterarse de lo que le
mostraba el murciano. Le ha bajado el percal, pero ni con esas se ha entregado.
Con la muleta el toro ya ha roto y se ha entregado. Con pases de mucha
personalidad lo ha sacado a los medios. Allí le ha realizado una faena en la
que se ha ceñido al toro, enroscándose y haciendo las cosas muy despacito. A
medida que iba transcurriendo la faena el toro se iba parando y para que no
decayera le ha dado varios molinetes. Pinchado y estocada caída. Ovación con
saludos en el tercio.
El mejor toreo de Rafaelillo ha llegado con el cuarto toro.
Flexionado lo ha lanceado a la verónica para amoldar la embestida del burel y
que humille de salida. Al igual que ha empezado la faena de muleta, para torear
al natural con expresividad, entregándose y aguantando los parones del animal.
Una faena que incomprensiblemente no ha llegado al tendido. Lo mata de estocada
y pasea una oreja.
Con verónicas de manos bajas y media de remate saludó al
cárdeno. Quitó a la verónica tras parear su cuadrilla. Muy templado tanto toro
como torero en los inicios de muleta. Al natural mima al astado para que
acaricie los vuelos de su muleta. Tandas ligadas con la mano diestra, pero el
mal uso de la espada le privó de algún trofeo. Media y tres descabellos.
Ovación y saludos en el tercio.
Oreja para su faena al quinto de la tarde. Donde volvió a
demostrar su capacidad lidiadora tanto con el capote como con la muleta, porque
a estos toros hay que saber lidiarlos, no valen sólo pases. Buenas tandas al
natural pasándoselo muy cerquita. Estocada casi entera un pelín delantera y
descabello.
El toreo de Fortes fue el único que llegó desde un primer
momento al tendido. Puerta Grande para un toreo de mano baja y de profundidad.
A su primero lo saludó a la verónica rematando con media. Con la franela la
faena fue alcanzando cotas mayores, mandando en cada muletazo, bajando la mano
y alargando la embestida. Al natural vino lo mejor. Y para rematar una tanda
flexionado. Estocada un pelín trasera con la que tiene que descabellar. Oreja.
El sexto se desentiende del capote del malagueño, no quiso
ni verlo. Sin embargo, la muleta sí que la atendió. Dibujó una faena sobre el
albero en la que la entrega y el temple fueron la clave para conseguir el otro
trofeo que le abría tan deseada puerta. Todo su conjunto tuvo aromas del sur
que se mezclaban con los cacereños del cárdeno. Tandas ligadas que van a más.
Estocada casi recibiendo. De nuevo tiene que usar el descabello. Oreja.
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