Verdades devastadores ofrece la
versión de Alberto Conejero de ‘Fuente Ovejuna’. Veintitrés actores que lo dan
todo sobre las tablas, con una gran fuerza en su interpretación y una pasión
descomunal para dar vida a la obra de Lope de Vega. Versos a ritmo de las
canciones populares entona el pueblo cordobés en muchas de las escenas
coreografiadas con bailes. Una plaza de toros es el escenario estático que
separa la parte donde vive el pueblo llano con la del castillo por una puerta.
Una potente propuesta dirigida
por Javier Hernández-Simón nos sumerge en una realidad latente hoy día en
nuestra sociedad, el abuso de poder. Con un escenario que emula a una plaza de
toros, hecha con talanqueras o traviesas, de las que aún quedan algunos pueblos
de la piel del toro, se desarrolla la trama de la obra. Desde el primer momento
rompe con lo cotidiano cuando el astado sale por toriles y el pueblo se
enfrenta a él, unos lo lancean y otros están expectantes en la barrera, cual
corrida de toros. La tensión va aumentando por momentos. De esta manera se
muestran las vicisitudes que viven los toreros cada tarde.
Es curioso como el pueblo se
levanta cuando las injusticias y abusos de poder que realiza el Comendador
Fernán Gómez le tocan de lleno a la hija del alcalde Laurencia, muy bien
interpretada por Paula Iwasaki, y dejan al olvido el agravio que se ha cometido
antes con la campesina Jacinta, que sale de escena una vez que el pueblo pide
justicia ante los Reyes Católicos, que permanecen inalterables fuera de escena,
introduciéndose a paso lento, incluso al ralentí.
Dos alturas muestra el escenario
fijo en el que se desarrolla el montaje. En la parte de abajo, habita el pueblo
llano, que permanecen a la vista aunque no estén actuando, la barrera de la
plaza de toros le da opciones de jugar. La puerta por donde sale el comendador
es la misma por la que salió el toro. Es un símil a los chiqueros. Esa puerta
separa al pueblo del Castillo. La parte alta es donde está el poder, tanto el
Comendador como los Reyes Católicos.
Cabe destacar el sacrificio que
hace el único valiente del pueblo. Mendo da la cara siempre por las mujeres de
su pueblo. Lo hizo primero cuando se llevaron a Jacinta y lo volvió a hacer
cuando reveló quién había matado al Comendador, que como habían acordado todos
si les preguntaban era gritar ‘Fuente Ovejuna’. Papel importante el que
desarrolla Carlos Serrano.
Es impresionante la
sincronización que mantienen durante la hora y media que dura la función los
veintitrés actores. Todos se mueven al mismo ritmo in crescendo por momentos
hasta el final de la misma. La música juega un papel importante en la pieza, al
igual que el baile. Destacar esas bulerías que se marcan las mujeres a la
muerte del Comendador.
Gran ovación la recibida por el
elenco de actores, director, ayudante de dirección, coreógrafa… En cinco
ocasiones tuvieron que salir a recibir la calurosa ovación que le tributó el
respetable. Es justo reconocer el trabajo de Jacobo Dicenta como el Comendador,
Loreto Mauleón en el papel de Jacinta y Pablo Béjar como Frondoso.
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