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31 marzo 2018

Soledad de puerta grande con tres toreros con muchas ganas

Sábado de Gloria en el que ninguno de los diestros ha obtenido la Gloria de cruzar la puerta grande. El único que la ha rozado ha sido Víctor Puerto, la tizona le ha privado de ese momento. Alberto Gómez se quedó a mitad de camino. Por su parte, Emilio Huertas le tocó bailar con la más fea.

Eran indudables con las ganas con las que iban los tres espadas. Comenzar temporada en una fecha tan señalada y en un albero con tanta solera era motivo más que suficiente para poner toda la carne en el asador. Aunque no fue suficiente puesto que el toro no quiso colaborar en tan loable hazaña.

Víctor Puerto estuvo a punto de salir triunfador de la tarde, la mala fortuna con la espada le privó de ese privilegio. Quien más lo sintió fue el torero que después de expresar su tauromaquia en el albero se quedó con ese mal sabor de boca de no haber rubricado una obra en la que dejó pinceladas de buen regusto. Esto pasó con su segundo ejemplar con el que confiado y tan metido en faena llegó a escuchar los dos avisos.

Con su primero tocó pelo por su toreo templado tanto con el capote, uno de sus fuertes y la muleta. Inteligente a la hora de darle la querencia al toro para así aprovechar más sus embestidas y poder pasear esa oreja tan preciada.

Alberto Gómez como su compañero Puerto tocó pelo en su primero. Un ejemplar que se dejó aunque fue el diestro quien más puso de su parte. A media altura y dejando la muleta en la cara fue como consiguió hilvanar una faena en la que primó la mano diestra. Tras la estocada tuvo que descabellar.

Con el quinto poco lucimiento obtuvo Gómez, un astado que lo buscaba, siempre con la cara arriba y que no dejaba que el diestro expresara su toreo. En mitad del muletazo se le quedaba parado. En esta ocasión donde puedo robarle algún muletazo más cuajado fue con la izquierda. Con la espada tampoco tuvo suerte.

Emilio Huertas no tuvo suerte con su lote, ni el tercero ni el sexto le dieron opciones, aún así Huertas mostró que no está de paso en el toreo, que está para que cuenten con él. Su toreo se basó en torear con los pies juntos, en pasárselos muy cerca pero cuando no hay un material potente para acompañar es muy difícil lograr una obra cumbre. Aún así hubo petición de oreja que el palco no atendió.

Con el sexto se la jugó al inicio de faena con dos pases cambiados por la espalda que al de Herederos de Aristrain le dieron igual, se refugió en tablas cada vez que Huertas le ofrecía la muleta. Lo cambió varias veces de terreno pero aún así cada vez que se veía podido volvía a su refugio, las tablas. Aunque el torero no desistía en su empeño por mostrar su tauromaquia no hubo maneras.

Ficha:
Con un cuarto de plaza se han lidiado toros de Aguadulce (1 y 5) y Herederos de Aristrain (2, 3, 4, 4 bis y 6) nobles y de juego desigual.
Víctor Puerto, oreja y silencio tras dos avisos.
Alberto Gómez, oreja y silencio tras aviso.
Emilio Huertas, petición de oreja con saludos desde el tercio y ovación con saludo.

En el sexto se desmontera José Otero.