ir arriba

28 julio 2018

El hechizo de ‘El caballero de Olmedo’ cautivo las almas de los espectadores

Con una versión propia de Eduardo Vasco y bajo su dirección, ‘El caballero de Olmedo’ cautivo en el Aurea. Por esa sencillez en la puesta en escena y por la energía que desprendía cada verso interpretado por el magnífico elenco de actores de la compañía Noviembre. Embelesados estaban los espectadores pendientes de cada escena. A pesar de ser un drama la versión de Vasco tiene partes de comedia. 

Muchas son las versiones que se han hecho sobre la gran obra de Lope de Vega ‘El caballero de Olmedo’. Sobre muchos escenarios y a lo largo de los siglos se ha ido representando este clásico que en el juego de amor, envidias y traiciones se ha desenvuelto la trama. Pero ninguno de tan gran calado como el que presenta Eduardo Vasco en la Antigua Universidad Renacentista. En el que su versión le imprime un ritmo en el que no todo el dramatismo de la misma es el que lleva el peso, sino que el amor y la comedia le ponen ese punto que lo hace tan atrayente.

La música siempre anima y que el elenco de actores comience la función cantando “Esta noche le mataron, al caballero, a la gala de Medina, la flor de Olmedo” ya te pone en antecedentes de lo que va a suceder. Nos espera una tragedia en toda regla, aunque hay que verla para dejarse sorprender. La historia quien haya leído el libro la conoce. Aquí lo que pretenden reflejar es que la envidia es siempre mala consejera, máxime cuando se llega a matar de forma ruin a quién son mejores que nosotros. Eso le pasa al final a don Alonso, que llega a Medina, conquista a la dama y aparte también es triunfador en la corrida de toros. Don Rodrigo al ver que no tiene los favores de su dama, doña Inés, pues se quita a su enemigo del medio. 

Esta historia no sólo destacan los personajes principales, en el que de nuevo Daniel Albaladejo llena con su presencia y actuación la escena, sino que los personajes de Tello y Fabia tienen un valor importante. El primero, interpretado por un magistral Arturo Quereja, le imprime la gracia que la obra requiere en ciertos momentos. Y el segundo, representado por Charo Anmador, nos viene a recordar los enredos de La Celestina, por sus teje manejes y brujerías. No nos podemos olvidar del resto del elenco de actores en el que Antonio de Cos pone la música en directo en la mayoría de las escenas, hasta que se convierte en el Rey Juan II.


Nadie ha dicho que un escenario recargado es belleza, o que cuanta más decoración más atractivo ha de verse. Muchas veces el minimalismo es sinónimo de estilo y eso ha pasado con la escenografía de Carolina González, que a simple vista ver sobre las tablas un panel central en el que se vislumbra algo abstracto y tres columnas no dicen mucho. Pero el gran juego que dan hace que sirvan para dar funcionalidad a la trama. Importante también la iluminación de Miguel Ángel Camacho que juega con las luces para formar sombras que se reflejan en el panel central. Qué decir del vestuario diseñado por Lorenzo Caprille, de gran belleza estética y muy acorde con la época.