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20 julio 2018

La ambición del poder sin límites encarnada por Macbeth

El poder siempre por encima del bien o del mal, sin mirar a quién o qué destruyen los que se aferran por dominar el mundo. Eso es lo que le pasa a Macbeth que le ciega el poder y para conseguirlo es capaz de destruir a todos los que le impiden alcanzarlo. Con una dirección soberbia de Pedro Salazar, el país invitado en el Festival conquista el escenario del AUREA.

Como mensaje claro que la obra nos quiere transmitir es que cualquiera de nosotros puede caer en la ambición por conseguir el poder. En seguir un camino erróneo tan sólo por conseguir llegar al objetivo sin juego limpio. Ese mensaje dejó ayer Macbeth en la Antigua Universidad Renacentista. Bajo la dirección de Pedro Salazar a partir de la obra de Shakespeare los artistas dieron forma a la tragedia de un Macbeth que termina convirtiéndose en rey sin merecerlo, tan sólo por su ambición.

Con una escenografía minimalista pero muy bien utilizada para diferenciar los espacios y aprovechando el juego que ofrece el Aurea, el montaje duró 110’ en los cuales la intensidad de la obra iba creciendo a medida que se acercaba el final. Las luces jugaron un factor importante para darle a las escenas los momentos de tensión que precisaban. La música al inicio adentró al espectador en el bosque donde Macbeth y Banquo encontraron a las tres brujas que le predijeron su futuro.


Los espectadores salieron contentos de lo que vieron en las tablas, donde Colombia el país invitado en el Festival hizo gala de su saber hacer encima de un escenario con una interpretación exquisita en la que al final a Macbeth se le apaga la luz efímera.