09 julio 2016

A sus pies, mi Reina

Así es como terminó el público, del Espacio Miguel Narros, al termina su actuación Concha Velasco, rendida a sus pies. Grande en las tablas y grande en humanidad, puesto que se tomó la molestia de parar la gran ovación, que le estaban tributando, para agradecer a los presente como se había sentido en el escenario. Incluso durante la interpretación se olvidó de dónde se encontraba. Un lujo el poder haber disfrutado de una gran obra, que siendo un monólogo la expectación ha sido máxima y eso gracias a una gran actriz como lo es ella: Concha Velasco, una reina sobre las tablas.

Reina Juana es un monólogo sobre la vida de esta reina, que durante 46 años estuvo encerrada en el castillo de Tordesillas, donde a la edad de 76 años falleció. Concha Velasco interpreta el papel con una gran magistralidad total, dándole ese toque de dureza y pureza cuando la ocasión así lo requería. Un papel creado para la fuerza de esta mujer en el escenario, que aunque no ha sido reina como su personaje, lo ha sido, en muchos sentidos literarios de la palabra, en su vida y sobre todo, lo es en las tablas de cualquier teatro.

Concha Velasco interpreta uno de los papeles más significativos de su carrera. Un papel que lleva de un gran esfuerzo, porque mantener al espectador vibrante durante hora y media en sus butacas no lo consigue cualquiera, sólo un monstruo del escenario como es Concha. A la misma edad que la Reina Juana murió en Tordecillas da vida a su última confesión, dónde narra todos los vericuetos de su larga vida de encierro.

Por todos es sabido que la hija de Fernando e Isabel, los Reyes Católicos, estaba loca, pero no hay loco más cuerdo que el que dice la verdad, el que se revela ante todo y muestra cierto carácter fuerte para su época. De lo que pecó es de estar loca de amor, ese fue su gran error. Época en la que las mujeres no tenían ni voz, ni voto, daba igual que fueras Reina no no, prueba de ello es que nunca la dejaron gobernar, por las ansias de poder que los hombres de su vida tenían. En primer lugar su padre Fernando El Católico, para posteriormente ser su marido Felipe de Hamburgo, más conocido como Felipe el Hermoso el que se opusieran a que ella reinara. A él lo sucedería su hijo Carlos I y en último lugar, su nieto Felipe II. Cuatro hombres que le privaron de una vida, de estar rodeada de su familia y de su pueblo. Fueron 46 años de encierro para una persona de gran vitalidad, muy diferente a la época que le tocó vivir. 

Con un escenario muy sobrio, como sobrio fue su encierro en aquel castillo de Tordesillas, Reina Juan confiesa todos los sentimientos que ha albergado durante su reclusión, sentimientos que expresa ante su confesor, que en esta ocasión es el público soberano el que la escucha atentamente.

Tanto Ernesto Caballero, al haber mostrado el lado más humano de esta reina desconocida por todos, como Gerardo Vera, al dirigir una obra de tal magnitud, nos han mostrado una cara muy diferente de los sentimientos de una Reina. Una Reina encarnada por una Concha Velasco que le ha dado la fuerza y la garra que el personaje requería en cada momento.


Una obra que no hay que dejar de ver y más cuando una actriz de la categoría de Concha Velasco es la primera vez que actúa en la cuna del teatro, como es el Festival de Teatro Clásico de Almagro. Esa oportunidad no se puede dejar pasar. Si rizamos más el rizo decir que ha recibido el premio Corral de Comedia un día antes de su función. Con ese aval, el éxito está asegurado, y así fue. Gran ovación y el respetable en pie para premiar el esfuerzo realizado y el gran trabajo de la actriz.

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