Tres horas ininterrumpidas
deleitándonos con el Hamlet más titánico de la historia. Un Hamlet con una
fuerza arrolladora que levanta a los espectadores de la Antigua Universidad
Renacentista al término de la función. A pesar del calor, desde las siete de la
tarde sentados en el patio de butacas, no fue nada pesada la obra, a pesar de
la crudeza del texto. Miguel del Arco acertó de lleno con esta adaptación y
sobre todo con la figura de Hamlet, representada por un Israel Elejalde
asombroso.
Muchas son las versiones que se
han hecho a lo largo de la historia de Hamlet. Aquel que escribiera William
Shakespeare hace 400 años. Muchos años para mantener su fuerza latente hoy día
que se su representación sea un pilar básico en los festivales. Miguel del Arco
ha apostado fuerte con esta versión de 160 minutos ininterrumpidos. Una apuesta
que podría no haber sido favorecida, pero con la base de un gran elenco de
actores y la coproducción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico junto con
su propia compañía, Kamikaze, era un aval más que seguro para el éxito.
Ver la desgarradora actuación de
Israel Elejalde, en el papel de Hamlet, te hace pensar en la magia que
desemboca en el teatro. Esa magia que te transporta a otros mundos, que te hace
ser mero observador de la acción desde una esquinita, en esta ocasión desde tu
butaca. Esa fue la experiencia que te evocaba esta magnífica obra. Con un
escenario muy sencillo en el que una cama, unas cortinas y los videos forman
parte de todo el decorado. E incluso el cambio de espacios es algo sencillo,
sin ostentaciones. El techo baja en las escenas finales para convertirse en el
suelo del cementerio.
Impecable actuación de Israel
Elejalde. Fuerza, vitalidad, arrojo, frescura… todo ello desprende la locura
más cuerda de Hamlet. Donde desde su habitación se fragua toda la trama. No hay
que dejar atrás el papel de Ángela Cremonte en su interpretación como Ofelia,
la que nos ofrece al final su locura musical en esta versión. La firmeza de Ana
Wagener, en Gertrudis. El reparto se completa con un Claudio que traiciona a su
propio hermano, ocupando su puesto, quién da vida a dicho personaje es Daniel
Freire. Importantes también los papeles secundarios de Cristóbal Suárez, José
Luis Martínez y Jorge Kent, con tres personajes cada uno. Siete actores para
representar un Hamlet muy soberbio en una actuación de gran calibre.
Enhorabuena a todos por cambiar
el concepto con el que íbamos antes de echarse el telón. Llegar y que te digan
que no hay descanso, más saber que la función dura 160 minutos son un aliciente
para que dudes en que vas a disfrutar, y más sabiendo de que va la trama. Gran
sorpresa al ver el conjunto final. Y gran expectación en cada escena. Tonos de
humor combinados con la tragedia de la obra. Esos toques de humor los puso una
Ofelia muy danzante con una música moderna, y los sepultureros con ese acento
del sur que recuperaba el lenguaje de antaño. Chapeau.
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