Cuando lo humano está por encima
de las obligaciones. Cuando el amor lleva a situaciones dramáticas. Cuando la
venganza urde los planes más malévolos. Todo ello es lo que trata de escribir
Lope de Vega con su obra ‘La judía de Toledo’ y a la que Laila Ripoll ha
versionado reduciendo personajes y dándole un toque moderno. El montaje va
apoyado con imágenes de audiovisión del NoDo y de la época del rey Alfonso VIII
e incluso de Franco, pasando por el Corpus de Toledo.
El mensaje de la obra está claro,
es un drama político, como el rey Alfonso VIII se enamora de la judía Fermosa,
llamada Raquel y abandona sus obligaciones en la corte y las políticas. La
puesta en escena es sensacional al igual que la interpretación del elenco de
actores, destacar la actuación de Federico Aguado como Rey Alfonso y Elisabet
Altube como Raquel.
Lope de Vega quiso remarcar la
tragedia amorosa que desemboca en la tragedia política, puesto que el rey
prefiere vivir como un hombre y abandona sus obligaciones monárquicas. En toda
la trama juega un papel muy importante el hortelano Belardo, interpretado por
Marcos León, es por su huerto por donde sucede todo. Tanto los encuentros
furtivos del rey al principio como la muerte a manos de los consejeros de
Alfonso VIII.
La vuelta a la cordura y, por
tanto, a las obligaciones del rey llega cuando se le aparece Dios tras la
muerte de Raquel. Antes también se ve a una Virgen llorar sangre en el momento
en el que el rey y su concubina sacan su destino a través de la escena de la
pesca en el río Tajo. La calavera que saca él es el destino que le espera a
ella.
El país está desgobernado, es la
reina quien da un ultimátum sino recuperan al rey se marcha a Inglaterra con su
hijo. Por ello los consejeros para recuperar la cordura fraguan la venganza.
Con ello logran parte de los intereses de la reina y porque no decirlo, de
ellos mismos.
Una producción muy interesante de
la Compañía Nacional de Teatro Clásico junto con Micomicón Teatro que disfrutó
el público que lleno la Antigua Universidad Renacentista el único día de función,
tal vez muy poco tiempo para poder degustar una obra de tal dimensión los
espectadores que se quedaron sin butaca.
El montaje estuvo acompañado en
todo momento de una proyección muy bien montada de Álvaro Luna que nos
transportaba a la época en los que se narraban los hechos. También había
elementos modernistas en la trama como el momento en el que aparecen en bikini
y con revistas a la orilla del río tanto Raquel como su hermana Sibila. Sin
olvidarnos del NoDo y del resto de actores que estuvieron a la altura de la
obra como son: Ana Varela, Manuel Agredano, Mariano Llorente, Teresa Espejo y
Jorge Varandela.
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