Ana Zamora nos transporta al prebarroco de la mano de Torres Naharro
con una comedia brillante, sencilla y atrayente, que hace las delicias del espectador.
No sólo recupera una obra de este autor del Renacimiento, sino que mantiene el
texto para imprimirle más realismo conjugándolo con la música y el danzar de
los actores. Belleza en movimiento es lo que se ve sobre las tablas del Teatro
Municipal.
Llegar al Festival de Almagro y
triunfar con su obra ‘Comedia Aquilana’ es lo que ha hecho Ana Zamora y el
elenco de actores que la han acompañado en este viaje. La magia ha resurgido en
las tablas del Municipal para llegar con su verso primitivo al espectador. Un
verso más arcaico pero bello de escuchar aunque el oído no esté hecho para eso.
Una comedia llena de humor y sencillez que enamora nada más ver el escenario
montado antes de que se abra el telón.
Cuando la música, el cante, la
danza y el verso fluyen poco hay que decir, se forma una amalgama de belleza
incomparable. Lo más importante es que nadie quiere destacar por encima del
otro, se nota el buen trabajo que ha hecho esta compañía Silvia Acosta, María
Besant, Javier Carramiñana, Juan Meseguer y Alejandro Saá, junto a los músicos
Belén Nieto, María Alejandra Saturno e Isabel Zamora.
La comedia trata los amores del
caballero Aquilano y la princesa Felicina hija del rey Bermudo. Todo eso
representado sobre un teatro en el que los protagonistas van tomando partida.
Con cinco actos en los que al principio nos cuentan todo lo que va a ocurrir y
luego lo desarrollan. El vestuario de Deborah Macías llena la escena, del negro
inicial de sus vestimentas, a la belleza de los trajes coloridos en lo restante.
Importante también la iluminación a cargo de Miguel Ángel Camacho que le da
suavidad a la escena. Todo ello bajo la atenta mirada de Ana Zamorano que está
al mando de Nao d’Amores y con la colaboración de la Compañía Nacional de
Teatro Clásico.
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