El poder siempre por encima del bien o del mal, sin mirar a quién o qué
destruyen los que se aferran por dominar el mundo. Eso es lo que le pasa a
Macbeth que le ciega el poder y para conseguirlo es capaz de destruir a todos
los que le impiden alcanzarlo. Con una dirección soberbia de Pedro Salazar, el
país invitado en el Festival conquista el escenario del AUREA.
Como mensaje claro que la obra nos
quiere transmitir es que cualquiera de nosotros puede caer en la ambición por
conseguir el poder. En seguir un camino erróneo tan sólo por conseguir llegar
al objetivo sin juego limpio. Ese mensaje dejó ayer Macbeth en la Antigua
Universidad Renacentista. Bajo la dirección de Pedro Salazar a partir de la
obra de Shakespeare los artistas dieron forma a la tragedia de un Macbeth que
termina convirtiéndose en rey sin merecerlo, tan sólo por su ambición.
Con una escenografía minimalista
pero muy bien utilizada para diferenciar los espacios y aprovechando el juego
que ofrece el Aurea, el montaje duró 110’ en los cuales la intensidad de la
obra iba creciendo a medida que se acercaba el final. Las luces jugaron un
factor importante para darle a las escenas los momentos de tensión que
precisaban. La música al inicio adentró al espectador en el bosque donde
Macbeth y Banquo encontraron a las tres brujas que le predijeron su futuro.
Los espectadores salieron
contentos de lo que vieron en las tablas, donde Colombia el país invitado en el
Festival hizo gala de su saber hacer encima de un escenario con una
interpretación exquisita en la que al final a Macbeth se le apaga la luz
efímera.
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