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27 septiembre 2014

Sueña el toreo Aníbal Ruiz

Un total de nueve orejas ha cortado en la tarde de su despedida de los toros

Un sueño que se hace realidad. Desde muy pequeño Aníbal Ruiz soñaba el toreo, por eso se convirtío en matador de toros y después de tantos años de alternativa decide poner fin a una trayectoria profesional. Un final lleno de emotividad y de sentimientos encontrados. Sentimientos de saberse querido por su gente, su afición y los profesionales que han ido pasando a lo largo de su carrera junto a él.
Pero como en todo sueño siempre hay un factor adverso que hace que no terminen de cumplirse en plenitud los sueños. Puesto que hoy era una tarde para que los astros se hubieran conjugado y le hubieran brindado una tarde mágica a Aníbal. Pero el dios Eolo no ha querido confraternizar con los dioses del Olimpo y ha dejado una tarde marcada por el viento. Un adversario con el que ha tenido que luchar a pesar de los toros.

Aníbal Ruiz fiel a su estilo de torear hasta en el último astado que ha matado con el brindis más bonito y sentido. Brindis a su hijo, en el que le decía que su papi ya no iba a matar más toros. Aunque queda un destello de esperanzas para los aficionados puesto que no se ha cortado la coleta.

Empezaba con mucha fuerza Aníbal recibiendo con una larga cambiada a su primero, para seguir a la verónica y rematar con una media a pies juntos. Intenta el quite por chicuelinas que tiene que abreviar por la condición del astado de El Ventorillo, un toro que se vuelve reservón en la muleta, que tiene que bajarle la mano para someterlo. Complicado se ponía por el viento y la embestida que no podía descuidarse. Bajonazo y ovación.

Con su segundo no se pudo estirar con el capote. Se desmonteran Óscar Castellanos y Miguel Àngel Ramírez. Brindis para los que fueron sus antiguos 'apoderaos' José Luis Cazalla y Manolo Vázquez. Sentado en el estribo espera al de Mollalta. Los mejores muletazos de esta faena llegan al natural, donde lo aguanta y lo espera. Estocada atravesada con la que consigue las dos primeras orejas de la tarde.

Y sale el tercero de la tarde, de la ganadería de Mollalta, de nuevo vuelve a hincar las rodillas en tierra para dar una larga cambiada. Verónicas y el remate a pies juntos. Bien en la brega Félix Jesús Rodríguez. Brindis a su apoderado Ángel Lillo. Lo más bello de la faena fue el toreo al natural con la mano derecha donde se ha sentido Aníbal Ruiz. Ayudados para cerrar la faena. Pinchazo y estocada que rueda el toro sin puntilla. Oreja.

El cuarto de El Ventorillo lo lancea a la verónica a pesar de la insistente presencia del viento. Brindis muy especial para su sobrino, Diego Carrasco, que ha actuado de ayuda en muchas ocasiones. Al principio el torp se desentiende de la muleta de Aníbal Ruiz pero la sabiduría y el poder de su muñeca logran templar al toro. Estocada y descabello. Dos orejas.

Como dice el refrán; no hay quinto malo y este ejemplar de Mollalta que salió por chiqueros hizo honor al refranero español y dejó al torero de Alcázar de San Juan sentirse en el albero. Mató de pinchazo, estocada y descabello. Dos orejas.

Llegaba el turno del sexto de la tarde, que se presumía que iba a ser el último de la tarde. Al de la ganadería de El Ventorrillo le tocaba el turno. Como en toda la tarde, con el capote quedó prácticamente inédito por el dichoso viento. Ovaciòn para Ignacio Sánchez tras dejar una buena vara. En banderillas se desmonteran Félix Jesús Rodríguez y Pablo Fernández. Brindis para El Niño del Tentadero. Sentado en el estribo espera a su enemigo para sacárselo a los medios toreando de rodillas. Toreo en profundidad y derochando torería, en el que no podía faltar su desplante preferido, el puente de Aníbal. Ayudados para terminar. Pinchazo. Estocada. Descabellos. Aviso y descabello. Oreja.

Al final hubo uno más regalo del ganadero Fidel San Román. Un toro que se lo puso complicado a Aníbal. Le exigió y mucho. Pero una vez más demostró la casta y la raza que atesora. Y más después del brindis tan emotivo a su hijo. Dos pinchazos y casi entera para pasear la última oreja de su carrera.

Ficha del festejo:

Aníbal Ruiz, ovación, dos orejas, oreja, dos orejas, dos orejas, oreja y oreja en el de regalo

20 septiembre 2014

Érase una vez... una afición 'enluquecida'

El diestro de Gerena corta siete orejas en su encerrona con toros de diferentes ganaderías

Hay mil formas de comenzar a escribir un cuento, aunque la más tradicional haya sido siempre la de érase una vez..... Pues esta crónica comienza igual.

Érase una vez un pueblo y un torero. El pueblo era de tradición ancestral a los encierros. Un día fue anunciado en los carteles un torero llamado Daniel Luque. Un joven con una gran proyección de futuro. Ese día surgió el romance más bonito jamás soñado por una afición y un torero. Desde aquella tarde no dejó de faltar a ninguna feria taurina. Año tras año Luque hacía el paseíllo y salía triunfante. Pero el sueño de este joven y sus más fieles seguidores era que se encerrada en el coso Las Eras de Marta con seis astados de diferentes ganaderías. Y como todo lo que se sueña se cumple pues al final vestido de goyesco se enfrentaba a seis morlacos. Ganaderías como Santiago Domecq, Miura, Albarreal, Parlade, El Torero y Fuente Ymbro formaron parte de la historia de este relato. Una historia que terminó con final feliz pero no el que hubieran deseado todos los integrantes del cuento, ya que a algunos de los toros les faltó más casta y motor.

Un primer ejemplar fue un toro muy flojito al que Daniel Luque le tuvo que hacer todo. Con el capote le dejó estirarse. Estocada y primera oreja.

La gran expectativa estaba puesta en el toro de Miura que decepcionó en todos los sentidos. Poco pudo hacer y el respetable, muy cariñoso, le tributó una ovación.

El tercero de Albarreal fue un toro que se dejó. Lo toreó con gusto acoplándose a la embestida del burel pero la estocada que hizo guardia afeo toda la obra. Este ejemplar se lo brindó a su banderillero Vicente Yesteras que estuvo muy bien en banderillas con ese mismo toro.

En el ecuador de la tarde el diapasón fue subiendo. Compenetración entre toro y torero que tras pinchazo y media estocada corta dos orejas.

No hay quinto malo y para Luque no lo fue pues le pudo cortar otras dos orejas con un v

buen toreo al natural.

Llegando al final de este cuento decir que salió el sexto de la tarde. De Fuente Ymbro. El mejor de todo el encierro. La perita en dulce que ponía el broche final a una tarde cargada de matices en la que Luque volvío a dar al pueblo de Almodóvar el toreo que sueña. A unos les gustará más y a otros menos pero cuando sale el de pelo negro a todos pone de acuerdo. Y ese toreo de pies juntos, de cintura quebrada y mano desmayada puso de acuerdo al respetable para pedir dos orejas. Aunque más que la afición parecía que el propio torero y sus cuadrillas la pedían. Es más hicieron cortar el rabo que el presidente no había concedido. Pues aún así hubo un banderillero tan osado que se lo quiso dar al matador para que diera con él la vuelta al ruedo. Dónde queda la seriedad del toreo. Ese respeto por todo.



Ficha del festejo:

Plaza de Toros de Almodóvar del Campo. Toros de Salvador Domecq, Miura, Albarreal, Parladé, premiado con la vuelta al ruedo, Núñez del Cuvillo y Fuente Ymbro para

Daniel Luque: oreja, ovación, silencio, dos orejas, dos orejas y dos orejas