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30 noviembre 2006

Noche mágica en Daimiel bajo el hechizo de “Clavileño”

Con un cartel de lujo comenzó el homenaje a un hombre honrado y respetado en este mundo del toro. Profesionales del toro y de la pluma no quisieron faltar a la llamada de una persona tan ejemplar como Antonio Alegre “Clavileño”. Uno de los homenajes más sentidos y profundos que se dan en vida y que pocas personas pueden presumir de ello.



Antonio Alegre es una persona querida por todos los que le conocen. Se ha sabido ganar el cariño y aprecio de todos los taurinos y aficionados de la provincia. Hay una cosa que lo avala y sirve de carta de presentación: su honradez. Miguel de Cervantes dijo en su día: “La hermosura que se acompaña con la honestidad es hermosura, y la que no, no es más que un buen parecer”. Un dicho que bien se le puede aplicar al Clavileño.



Acompañándolo en la mesa redonda estuvieron: Luis Miguel Vázquez, ahora torero pero al que en su día Antonio ayudó en sus comienzos, como lo hiciera con matadores de la talla de El Cid, José Luis Moreno, Carnicerito de Úbeda, Aníbal Ruiz, Reina Rincón y lo hace ahora con los novilleros Sergio del Valle, Pedro Carrero, Alberto Lamelas y tantos otros que pasaran en su trayectoria profesional. El banderillero Valentín Cuevas también lo quiso acompañar y sacarse una espinita que tenía clavada desde su época de novillero. No se explicaba porqué Antonio Alegre ponía a Joaquín Romero tantas veces y a él tan pocas. Al final nadie supo el por qué. La duda seguirá y sólo Antonio sabe porqué en aquellos años dio más oportunidades a uno u a otro. Sin embargo si le agradeció las veces que lo ha puesto ahora con el vestido de plata.



El ganadero José Luis Marín compartió con los presentes las vivencias junto a este gran hombre. Al igual que hicieron el aficionado y crítico taurino Juan Gómez Castañeda y el aficionado Jesús Martín Consuegra que desde muy pequeño coincidió en el pueblo con este gran hombre.

Su mujer quiso contribuir en el homenaje contando su experiencia como mujer de un ser ejemplar. Admira a su marido y lo acepta tal y como es. Victoria ha sabido comprender la afición de su marido por los toros y recordó a los presentes una frase que Antonio dice en la intimidad de su casa “los toros han sido siempre mi perdición y lo van a ser hasta el día de mi muerte”.

"He conseguido banderillear bien el último toro de mi carrera"

Paco Alcalde ya ha escrito su página en la historia del toreo. El 2006 ha sido su última temporada desde que comenzara cuando contaba con dieciseis año. El propio torero nos narra como ha sido este año para él.



El último paseíllo de mi vida taurino ha sido con Félix Jesús y con Luis Miguel. Esta temporada ha sido dificilísima para mí, porque sabía que era la última. Sabía que no me encontraba bien. Aunque aparente que sí lo estoy. A mí las cornadas me han hecho mucha mella. De vez en cuando me da la ciática y los problemas de la pierna, calambres, por otro. Quieres hacer y no puedes porque no te dejan las lesiones. Con lo cual era importante poder terminar la temporada con la dignidad suficiente, sabiendo que uno ha sido en esto algo. Y que la gente piensa lo que uno ha podido ser en el mundo del toro. Ha sido muy duro para mí. He pedido ayuda a Luismi y a Félix y me han echado una mano. También he procurado estar a la altura, hasta el punto de banderillear al toro bien, dentro de la medida que he podido. Y he conseguido banderillear bien el último toro en mi carrera, la última temporada de mi vida, en Almagro. Encima me he llevado un premio. El reconocimiento de la gente ha sido muy bonito. Me han echado una mano los profesionales, Luis Miguel, mis compañeros, la prensa, vosotros. El reconocimiento general ha sido bonito. Me ha ayudado para poder aguantar el tirón que no era fácil. Es el último aliento, el que te empuja para llegar a la meta, sabes que está ahí y te dices “tengo que llegar”, y al final he llegado. He estado toda mi vida toreando, desde que empecé a los 16 años hasta los 55 años. Y con orgullo. He sido un hombre muy feliz en muchos momentos del toreo. Reconozco que tengo que agradecer a mi profesión el haber concevido mi vida de torero al lado de grandes toreros, que nunca me imaginaba que iba a estar a su lado toreando que puedo decir hombres que son extraordinarios: El Viti, Camino, Ordóñez, Paquirri, Damaso González. ¿Tú te imaginas poder torear con ellos? Pues yo era un hombre feliz toreando a su lado. Era un profesional pero en el fondo era un gran admirador de ellos.

Una acción preciosa de este año ha sido matar el último novillo de mi carrera en mi tierra. Mi uso de razón cuando lo tuve no se porque me inclinaba a ser torero. Toreé el primer becerro de mi vida aquí con diez años. Un becerro que se le decía de relleno porque se le tiraba a los niños. Lo toreé y quise ser torero a partir de ahí, sin saber lo que era ser torero. Sin embargo sabía que era despedirme de torero cuando decidí que en mi pueblo tenía que matar ese novillo. Me preparé dos meses especialmente para ello. Tiene una compensación muy grande cuando uno esta bien por algo que lucha. Todo los sacrificios tienen su compensación cuando delante del toro salen bien las cosas.



De las tardes de banderillero de este año que más me impresionó sabiendo donde iba fue Madrid porque era la primera del año. No estaba acostumbrado a que la primera del año fuera Madrid. Hasta de matador me preparaba bien antes de ir. Estuve a punto de no ir, pero le dije a Luis Miguel que ya que él me llevaba este año en su cuadrilla, también aceptaba el reto y ya no me vestiría más de torero en Madrid. Tuve suerte de estar bien. También tuve complicaciones con un toro que no fue fácil y estuvo apunto de hacerme daño. Pero el reto se cumplió y mi ilusión también. Y ya nunca torearía en Madrid. Decidí que no tenía capacidad ni ilusión ni nada. El toreo todo cambia, hoy para ir a los sitios hay que estar de otra manera. Yo hice el esfuerzo porque era mi obligación. La vida siempre me ha puesto en unas circunstancias que he tenido que salvar. Tenía que ir a Madrid responsabilizado. No había más remedio.



Ciudad Real también era muy importante. Clave. Porque la gente sabía que he sido en el toreo. Creo que mi provincia sabe quien he sido yo. Creo que lo saben muy bien, espero que lo sepan y sino que lo estudien o que lo intenten aprender. El que más lo sabe soy yo. No podía más que estar bien en un toro, ya que el año pasado no pude por una lesión en un brazo. Banderilleé un toro muy bien con Luismi y lo toreé bien con el capote. Esto ha sido la culminación de mi carrera junto con lo de Almagro que he comentado antes. Banderilleé un toro bien, el último de mi vida, y me han dado el premio. Con eso tengo bastante.

La última tarde importante para mí delante de un toro ha sido en Ronda porque aquello fue muy emotivo. El que tomaba la alternativa me llama tío, que fue Cayetano. Francisco Rivera me llamó para que toreara con él. Y toreé . Pero al mismo tiempo yo toreaba con los dos. Le hice un quite ,el más importante de la tarde, a Cayetano que lo tenía cogido. Fue casi el único capotazo que di porque lo demás lo hicieron ellos, pero tuve la suerte de estar bien colocado. Esa tarde fue la última que toreé en mi vida un toro. Después toreé el festival en Almadenejos y le dije a Luis Miguel que toreaba con él. La toreé con mucho cariño y orgulloso. Para mí fue la última de mi carrera y encantado porque Luis Miguel se merece eso y mucho más. El día de mañana me sentiré orgulloso porque creo que va a ser una gran figura del toreo. Le queda, lógicamente, como a todos. Pero creo que lo conseguirá.

22 noviembre 2006

Arte a raudales en el partido benéfico entre toreros y periodistas




El pasado sábado se disputó en el campo del Larache un partido de fútbol, entre toreros y periodistas locales, de carácter benéfico. El motivo era recaudar fondos para la Asociación Caminar, niños con Síndrome de Down.

Los aficionados se portaron asistiendo al encuentro y depositando su donativo, sacándo su correspondiente entrada. Un empate a tres sentenció el partido. Tanto periodistas como toreros demostraron sus dotes con el balón y pusieron el corazón para que todo salieran bien. Un gran esfuerzo recompensado al final con la sonrisa de esos niños, los auténticos protagonistas del encuentro que quisieron posar junto a los jugadores.

21 noviembre 2006

Un día muy taurino



Desde primera hora de la mañana emprendí viaje para hacer un reportaje al novillero Fernando Tendero que mataba dos novillos a puerta cerrada. Uno de ellos me volvió a dar un pequeño susto al rematar con violencia en el burladero donde me encontraba.

De ahí regresé a Ciudad Real para participar en el acto benéfico que se celebraba, contribuyendo a la causa con la entrada. El partido resultó muy divertido para todos los presentes. Un justo empate en el marcador, dedicados todos los gosles a esos niños con síndrome de Down. Los dos equipos destacaron por su entrega y al finalizar, todos los jugadores, dieron una fuerte ovación a los asistentes y al equipo contrario, por el comportamiento que habían tenido en todo momento.

Finalicé la jornada en Puertollano, en la entrega de trofeos del Club Taurino Almodóvar, otro acto que resultó como en años anteriores. Siendo uno de los premios con más solera que hay en la provincia.

13 noviembre 2006

Aníbal Ruiz recibió el trofeo a la "inmortalidad del torero Reina Rincón"



Cuando el trabajo de un diestro se ve reflejado en el ruedo tiene sus recompensas. Muchos años son los que Aníbal Ruiz está luchando para que se le reconozca en su tierra. Como pasa con los vinos con los años mejora. Este año en la feria de Ciudad Real Aníbal Ruiz ha demostrado su poso, madurez y templanza. Como prueba de este esfuerzo ha conseguido el trofeo a la "inmortalidad del torero Reina Rincón".

En un acto muy entrañable de la Asociación de Vecinos Plaza de Toros se entregó dicho trofeo, en su cuarta edición. Aníbal Ruiz se emocionó, puesto que recogía un trofeo que lleva el nombre de un diestro que era amigo suyo, José Tomás Reina Rincón, que el destino ha querido que no esté entre nosotros.

La faena que realizó Aníbal Ruiz en el primero de la tarde en la última corrida de Feria sorprendió a la gran mayoría de los aficionados. Sabiendo todos los aficionados que el abrir plaza y ser el primero es muy complicado, sobre todo para cautivar al público. Pero este diestro lo logro y todo gracias a esa regularidad y ese esfuerzo que realiza, temporada tras temporada.

06 noviembre 2006

Premios Taurinos Casa Pepe






El diestro Luis Miguel Vázquez recibió el trofeo a la faena más artística de la pasada Feria de Ciudad Real. El torero se mostró orgulloso al recoger este trofeo, dio las gracias a parte de su cuadrilla que también se encontraban recogiendo distintos galardones. Un día muy especial, sin duda, para la cuadrilla al completo, que han demostrado tarde tras tarde lo que es el significado de la amistad por encima de todo. Mi enhorabuena en particular a este torero.

El banderillero Félix Jesús Rodríguez fue premiado como el mejor hombre de cuadrillas. Segundo trofeo que se lleva de esta entidad a lo largo de su carrera.

Por su parte, Paco Alcalde recibió una mención especial por su trayectoria profesional en su año de reitrada de los ruedos.

El nuevo trofeo que se ha instaurado este año es a la mejor labor informativa llevándoselo don Cecilio López Pastor a título póstumo.

Sin embargo el trofeo al toro más bravo quedó desierto.

Ivan Fandiño, un torero con futuro

Siguiendo con el resumen de temporada de los toreros hoy tenemos a Iván Fandiño, que nos narra sus vivencias como matador de toros.

Cuando Raquel me pidió que contase para los lectores de El Día mis sensaciones ahora que acababa la temporada 2.006, lo primero que se me vino a la cabeza fue un cúmulo de pensamientos que podrían describir como ha sido este año para mí “Toreo, dolor, triunfo, injusticia, sangre, dificultades, reconocimiento, sacrificio…”.

Las sensaciones que tengo son agridulces, he cuajado muchos toros, he crecido mucho mental y artísticamente, he sido capaz de imponer mi concepto ante corridas muy complejas y sin embargo me han faltado triunfos rotundos por mis desaciertos con la espada, y no es excusa pero he perdido un montón de orejas, pero sobre todo he perdido tres orejas de otros tantos toros de Victorino Martín y La Quinta en mi paso por mi tierra que me hubieran allanado mucho el camino. A pesar de ello las casi cuarenta orejas y cuatro rabos que he cortado en mis 24 actuaciones son prueba de una regularidad en el triunfo y sobre todo en el toreo.

Mi temporada después de muchas horas de entrenamiento, mucho frío por los montes de la Alcarria y bastantes tentaderos, empezó en mi tierra de adopción (Guadalajara, a pesar de que algunos políticos se empeñen en negarlo) cuajando bien un toro de Saboya al que corté una oreja de las dos que me pidieron y pinchando, al segundo después de haber superado sus dificultades, la corrida fue televisada. Después corté dos orejas a un buen toro de Santos Alcalde en mi Orduña del alma, perdiendo algún trofeo del segundo por mi poca pericia estoqueadora. La siguiente corrida fue en circunstancias muy duras, puesto que me vestí de torero después de enterrar a mi abuelo, con el que mantenía un estrecho vínculo, y no estuve a la altura, las circunstancias me superaron y viví una tarde muy desagradable en Daganzo. Una semana después llamaron a mi apoderado para una sustitución en Tolosa, con una corrida de Isaías y Tulio Vázquez. Me desaconsejó torearla, me dijo que ese tipo de toros no me iban a permitir hacer el toreo como yo lo siento, le pedí que la hiciera, necesitaba probarme como hombre ante una corrida así y fue un éxito, la corrida salió dura pero corté la única oreja de la corrida en el sexto y perdí dos del tercero por la tizona, pero me demostré a mi mismo que era capaz de sobreponerme a las presiones externas y de torear una corrida legendaria como yo siento. Durante el mes de Julio en Brihuega y Mondéjar, dos corridas televisadas, seguí comprobando dos realidades, que cada vez iba estando más hecho y cuajaba más y mejor los toros y que empezaba a ser un problema lo de la espada.

La parte decisiva de la temporada (Agosto y Septiembre) comenzó para mí con dos corridas en Pradoluengo y El Provencio donde a pesar de cortar dos y tres orejas y salir a hombros la hora de la verdad comenzaba a obsesionarme, no era capaz de matar bien los toros a pesar de tirarme con mucha fe entre los pitones. Así, con mucha moral por el momento que atravesaba con capote y muleta y con mis dudas con la espada llegué a San Sebastián, plaza de primera, toros de Victorino y las cámaras de Antena 3 presentes. Conseguí mi objetivo, torear como yo lo siento a un toro de Victorino y sorprendí a la afición y la crítica por cuajar muy despacio a mi primero y estar muy firme y muy seguro con el sexto pero cambie dos orejas por dos ovaciones que me dejaron la miel en los labios pero sin llegar a la boca. A los cuatro días maté un lote imposible en Alcalá de Henares, dos orejas corté a una manejable corrida de Salustiano Galache en La Granja y llegué a mi segunda cita clave de la temporada, Bilbao y una corrida de La Quinta en los corrales de Vistalegre. Fue una tarde importantísima, cuajé a placer a un toro deslucido, lo toreé como yo siento, me pegó una cornada en una reacción sorpresa del Santacoloma y de no ser por un pinchazo hubiera cortado una oreja que el público pidió con fuerza. La ovación que me dieron cuando me fui andando camino de la enfermería mientras regaba con mi sangre el oscuro albero bilbaíno me hizo sentirme torero y hombre.

Después de perder dos corridas por el percance reaparecí en El Casar con una corrida santacolomeña de Adolfo Rodríguez, el primero se vino abajo y no sirvió y el destino me tenía preparado en segundo lugar un cinqueño serio, agresivo y exigente para demostrarme a mi mismo que las cornadas son tributos que pagamos los toreros y que por sus agujeros no se iban a ir ni mi valor, ni mis ganas de ser torero. Me impuse a él y terminé toreándolo muy despacio y superando la agresividad de sus miradas y su violencia, para variar un pinchazo y una estocada defectuosa dejaron el premio en una oreja. Después vinieron Campillo, Trillo, Horche, Arcos de Jalón y Sangüesa, corridas típicas de Septiembre, poco a poco mataba algo mejor pero faltaba la firma a los dictados que era capaz de expresar con los toros, especialmente bien cuajé dos de Manolo González en Campillo a los que corté dos rabos. Así llegué al 17 de Septiembre en Chiloeches, pueblo muy cercano a mi casa, Guadalajara, donde un capricho de un concejal me había dejado fuera de la feria de la capital, feria que me había ganado en la plaza, con mi capote y mi muleta. Ese día era muy importante para reivindicar que era injusto lo que habían hecho con nosotros, conmigo y con mi apoderado. En el cartel, por primera vez, tres toreros de Guadalajara anunciados en una corrida de toros, era un día de puerta grande o de enfermería, ese día no podía fallar, la plaza llena hasta la bandera, “no hay billetes en la taquilla”, la tensión en el patio de caballos daban al día ambiente de tarde grande. Cuatro orejas y un rabo después de cuajar al sexto a placer fue el resultado de una corrida en la que me jugaba mucho, más como persona que como torero. He terminado el año con dos corridas en Octubre, en Lozoya y Brea de Tajo, a las que he cortado siete orejas y dos rabos, pero la mejor noticia es que he vuelto a matar bien los toros.

Y este es el resumen de mi temporada, mi primera temporada como matador de toros, un año bonito y duro, como es el toreo, un año en el que he crecido mucho en todos los terrenos y he disfrutado también. Ahora me espera un invierno duro, muchas horas de frío, entrenamiento, sueños, sudor, tentaderos, sacrificio, pero es lo necesario para conseguir lo que anhelo, asaltar el trono del toreo, sentarme en la mesa de las figuras y disputarles el cetro. Es difícil lo que pretendo, pero no estoy aquí para menos.