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30 abril 2016

El pundonor y la entrega de los toreros salvan la tarde

Puerta Grande para El Cid y Fandiño

Dos lecturas se pueden hacer de la tarde de hoy en Puertollano. La primera, basada en la primera parte del festejo, nulo juego el de los astados de Soto de la Fuente. Y la segunda, el pundonor y la entrega de los diestros poniendo todo de su parte. Cid y Fandiño a hombros, y Luque a pie al fallar con la espada.

Los tres primeros toreos que abrían el festejo pasaron sin pena ni gloria. La tarde se estaba poniendo anodina y no porque los espadas no quisieran agradar a la afición, sino porque el ganado no tenía las fuerzas suficientes para dar el juego necesario para llegar al tendido. Esa transmisión no ha existido. Aún así, Iván Fandiño consiguió la primera oreja de la tarde. Cuidando mucho de que su toro no se cayera.

Las tornas cambiaron en el cuarto, pero tuvo que ser el sobrero el que marcara el cambio. El Cid vio claro que a este enemigo lo tenía que desorejar y puesto que tenía material para ello así lo hizo. Lo recibió a la verónica para luego exprimirle una faena por el pitón derecho, por donde más combustible tenía su enemigo. Estocada un pelín tendida y dos orejas.

Con su segundo, Fandiño ha salido a por todas, tenía media puerta abierta, necesitaba abrir la otra media para acompañar a su compañero en el triunfo. Así lo hizo, se abrió de capa para saludarlo. Continuó con una faena en la que mimó las embestidas del animal, para que no desluciera los muletazos. Estocada. Oreja.

Daniel Luque se fue de Puertollano tan sólo con la ovación cariñosa que le tributó el respetable tras la faena realizada. El mal uso del acero hizo que no consiguiera la recompensa deseada por todos los presentes.

Ficha técnica

Con menos de media plaza se lidiaron astados de Soto de la Fuente. Flojos y de mal juego en líneas generales. El cuarto fue devuelto.

Manuel Jesús El Cid, silencio y dos orejas.

Iván Fandiño, oreja y oreja.

Daniel Luque, palmas y ovación.



23 abril 2016

El arte capea el temporal y se impone a la lluvia torrencial

Muy negro estaba el cielo. Cabía la esperanza que pasaran de largo las nubes negras que acechaban en albero. Al final el primer toro han empezado a dejar unas gotas, y el sol se ha impuesto para poder ver dos faenas de gran dimensión y pellizco. En el cuarto, han ocultado al sol para en el quinto descargar toda el agua que traían. Aun así, el arte se ha prevalecido por encima de todo, y ni el agua ha intimidado a los toreros para que derrocharan torería.

Abría plaza el rejoneador Juan Manuel Munera, que en el único toro que ha lidiado ha dejado constancia de su gran conocimiento de los terrenos que pisaba con su cuadra. Unos caballos que han llegado muy bien al de Virgen María, encelándolos para que el caballero se exhibiera tanto en el rejón de castigo con ‘Misterio’, como en banderillas largas con ‘Panamá’ y ‘Poveda’. En cortas y rejón de muerte lo ha hecho con ‘Deseo’. Magnífica actuación. Dos orejas como premio a su labor.

Quien también ha tenido una buena tarde y ha dejado un buen sabor fue el diestro jienense Curro Díaz. Toreo del caro fue el que derrochó en Tomelloso. A su primero lo recibió con unas verónicas con buen son. Bien en banderillas Óscar Castellano. Hablar de hondura, de profundidad, de temple y de pellizco es hablar de un nombre propio: Curro Díaz.  Nombre que es sinónimo de triunfo en estos momentos, puesto que es pura expresión y sentimiento en el albero. Al que le gusta el buen toreo, no puede ser inmune al de Curro, porque es coger una muleta y empezar a crear arte. Y como toda buena obra necesita rúbrica para saber a que artista pertenece. En esta ocasión mato de casi entera que acabó pronto con la vida del animal. Oreja.

En el quinto, se lío gorda, un gran diluvio cayó en el albero, pero eso no le privó a Curro de realizar su mejor toreo. Y con doble mérito, puesto que el ruedo estaba peligroso. Había que estar muy firme. Así lo entendió Curro que dejó una faena llena de torería y temple. Media estocada y dos descabellos. Dos orejas al arte y al mérito.

Morenito de Aranda salió a por todas. Verónicas acompasadas con buen ritmo. Durante la faena enganchó muy adelante a su toro para llevarlo lejos. Buenísima tanda al natural.  La base de toda la faena fue el temple. El hacer todo muy despacito y muy bien. Lástima que pinchara en el primer intento. Estocada y oreja.

En su segundo, tuvo que lidiar con la lluvia y con el burel. Con los dos pudo y con muy buena nota. Con verónicas de regusto saludó al sexto de la tarde, quinto en lidia ordinaria. Flexionado lo esperó en tablas para realizar una faena de gran dimensión. Los pocos aficionados que quedaron en el tendido disfrutaron de una faena antológica, bien cuajada y con premio de dos orejas tras la estocada casi entera.

Francisco José Espada no tuvo su tarde, se fue de vació del coso tomellosero, puso toda la voluntad posible, pero los astados no colaboraron con el joven matador. Una lástima que no pudiera acompañar a sus compañeros. La espada de privo de tocar pelo, puesto que valentía no le faltó. A su primero lo tuvo que llevar muy tapadito y estar encima para que no se le rajara, y con el que cerraba plaza, se le paraba y no embestía como a Espada le hubiera gustado.

Ficha técnica:

Se han lidia toros de la ganadería Virgen María, de buen juego en líneas generales menos tercero y sexto de lidia ordinaria. Bien presentados.

Tres cuartos de aforo

Juan Manuel Munera, dos orejas.

Curro Díaz, oreja y dos orejas.

Morenito de Aranda, oreja y dos orejas.


Francisco José Espada, silencio y silencio.