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22 septiembre 2013

Luque reconquista Almodóvar del Campo

Almodóvar del Campo, con dos tercios de entrada, se ha lidiado un encierro de Zalduendo, terciados y nobles. Destacar 2º y 3º. El peor el 4º.

Miguel Ángel Perera, oreja y ovación

Alejandro Talavante, ovación con saludos en el tercio y oreja

Daniel Luque, dos orejas y oreja.

Un año más esa simbiósis que existe entre Daniel Luque y el pueblo de Almodóvar volvió a surgir. Un año más Luque conquista esa plaza. En esta ocasión llegó la reconquista de este torero en la plaza que tanto lo admira y respeta. Resulta que el respeto es mutúo, puesto que Daniel Luque siente gran cariño por esta afición que desde el primer día lo supo acoger. Y por ello no podía dejar pasar un brindis muy significativo. El brindis a un amigo, a un crítico taurino local, y por ende, a un defensor a ultranza de su toreo: Roberto García-Minguillan. El cual recibió el brindis de su amigo desde la silla de rueda, que le tiene postrado por un accidente casero, y que le impidió estar realizando su labor desde el callejón, como suele hacer. Un triunfo de Luque a lo grande.

A su primero, Luque lo desorejó. Saludó a la verónica ganándole un paso. Quitó por chicuelinas muy ceñidas. En banderillas se desmonteró Abraham Neira. Inició la faena con pases con mucha personalidad. Con mucho temple y empleándose por ambos pitones. Destacando su toreo al natural. Bella trincherilla que caló hondo. Finalizó con luquesinas. Pinchazo y estocada. Dos orejas.

En el que cerraba plaza, con el capote quedó inédito. El toro pronto buscó los toriles, no quiso saber nada de el capote del sevillano. Tras el brindis al compañero de prensa, fue haciendo que el toro amoldara su embestida a los cite con su muleta. Una faena con menos intensidad que la anterior, por las complicaciones que presentaba su enemigo. Pinchazo y estocada. Oreja.

Alejandro Talavante hubiera acompañado a Luque en su salida a hombros sino hubiera fallado con la espada la faena a su primero. Una faena de gran magnitud. Lo recibió a la verónica. Quitó por chicuelinas, verónicas y revolera. Comienzo de faena muy pinturero con mucho empaque. Toda su labor se basó en un gran temple. Lo malo que el fallo con la espada la desdibujó. cuatro pinchazos y dos descabellos. Ovación que recogió en el tercio.

En el quinto de la tarde, en esta ocasión el refrán de no hay quinto malo, no sirvió mucho, puesto que no fue un toro con gran boyantía. Destacaron sus tandas al natural. Mató de estocada tendida y trasera. Oreja.

Miguel Ángel Perera recibió al que abría plaza con verónicas de manos bajas. En el sitio con los pies juntos comenzó la faena. Una faena en la que primaron los muletazos por la espalda combinados con los derechazos y naturales. Un toro de una embestida muy noble que el extremeño supo exprimir. Estocada desprendida y trasera. Oreja.

Al cuarto, un toro que presentó complicaciones, lo recibió a la verónica, arrancándole en varias ocasiones el capote. En la muleta cumplió hasta que se le rajó el toro. Estocada y ovación.

18 septiembre 2013

Víctor Puerto se embriaga con un "Zar"

Bolaños, con dos tercios de aforo. Se ha lidiado una corrida de José Luis Marca, bien presentados, nobles y de buen juego. Al segundo de la tarde se le ha pedido el indulto, que se quedó en vuelta al ruedo.

Juan José Padilla, dos orejas y vuelta al ruedo tras aviso.

Víctor Puerto, dos orejas tras dos avisos y oreja tras dos avisos.

Joselito Adame, oreja y dos orejas.

Da gusto disfrutar de una buena tarde de toros, más cuándo se torea como lo hizo Víctor Puerto y con la embestida tan noble de "Zar". Clase magistral de toreo el que plasmó en el albero Puerto. En la vida te pueden tocar animales fáciles o difíciles, pero a ambos hay que saberle imprimirle la lidia que te solicitan. Que decir tiene que Víctor Puerto es un extraordinario capotero, pero ayer con la muleta lo bordó. Se emborrachó toreando. Emborracharse literalmente, puesto que no se cansó de torear ya que se encontró un compañero idóneo para compartir su embriaguez, fue "Zar". Que como un emperador ruso le brindó ese triunfo al torero. Un triunfo que hubiera sido más rotundo si ahora mismo estuviera camino de la dehesa. Pero el reglamento es el que manda y muchas veces salen en plazas que no está permitido el indulto, ejemplares como el de José Luis Marca que son merecedores de cubrir a las vacas. Así es el reglamento que sólo se puede indultar en plazas de primera y segunda categoría.

Víctor Puerto toreó a placer en Bolaños, una de las plazas que gusta de este torero. A su primero, al que le pidieron el indulto, lo saludó a la verónica, meciendo muy bien las manos para recoger la embestida del de José Luis Marca. Quitó por chicuelinas y tafalleras. Ya en los medios citó al burel, para pasárselo por detrás muy ceñido, con los pies juntos lo toreó en los medios. Con mucho gusto, elegancia y clase. Dejando tandas de toreó hondo. Hubo pases de todas las firmas. Trincherazos de cartel de toros, pase del desprecio, redondeles. Naturales con profundidad y manos bajas. Y claro teniendo delante a un "Zar" había que hacerle una faena majestuosa. Y así lo hizo Puerto. Sonó el primer aviso, pero ante la petición del público del indulto, no entró a matar y siguió toreando, y volvió a mandarle el señor presidente otro aviso. Al ver Víctor Puerto que no habría indulto entró a matar. Dejando media. Volvió a perfilarse de nuevo para dejar una estocada algo atravesada. Tuvo que usar el verduguillo. Dos orejas y la vuelta al ruedo como premio al toro.

Con el quinto, volvió a demostrá Víctor Puerto su buen manejo con el percal, trazando verónicas con el compás abierto. Y con la franela, el temple fue el elemento primordial de su faena. Un temple que muchas veces llega con la madurez de los toreros ya cuajados. Y es que este torero, a pesar de su juventud, está muy cuajado. Estocada tras dos avisos y oreja.

Juan José Padilla traía su legión de seguidores. Esos seguidores fieles que le acompañan con la insignia de la bandera pirata como baluarte. Y sobre todo, unos seguidores muy jóvenes. Es curioso como llega Padilla a los críos. Un icono importante para crear afición.

Con dos largas cambiadas en el tercio recibía a su primero, para continuar lanceando a la verónica y cerrar con una revolera. En banderillas las comparte con Joselito Adame. Clavando siempre de frente. Medio flexionado saca al burel a los medios, donde le imprime una faena por ambos pitones. Al principio el astado no quería saber nada del toreo al natural que le mostraba Padilla. Pero poco a poco fue metiéndolo en la bamba de su muleta. Abaniqueo final para cerrar la faena. Estocada y dos orejas.
Con el cuarto, lanceó a la verónica ante un toro muy parado de salida. No quiso poner banderillas. El toro se vino a más en la muleta. Compuso una faena por ambos pitones, donde el toreo en redondo fue lo que abundó. Desplante al final, y estocada un pelín trasera. Aviso y dos descabellaos. Petición de oreja y vuelta al ruedo.

Joselito Adame saludó a la verónica. Quitó con el pase de la mariposa. Corresponde en banderillas a Padilla, devolviendole el par que le ofreció en el primero. El toro llegó mermado de facultades a la muleta, puesto que clavó los pitones en el ruedo en dos ocasiones. Eso se le notó en el último tercio. Adame tuvo que mimarlo y cuidarlo mucho, para que aguantara hasta el final. Estocada trasera y tendida. Oreja.

En el que cerraba plaza, Adame saludó a la verónica. Quitó por lopecinas y serpentina. En banderillas se lució. Tras el brindis cita desde los medios al astado, que pronto respondió a la muleta, pero no embestía con la cara baja, sino que siempre la llevaba alta. En un descuido lo enganchó y levantó, sin ninguna consecuencia. Cerro la tanda con el adorno del teléfono. Estocada y dos orejas.

16 septiembre 2013

Todos a hombros con un buen encierro de El Ventorrillo

Malagón, con media plaza cubriendo el aforo de los tendidos, se ha lidiado una corrida mixta de El Ventorrillo. Destacando el 3º y 4º (1º y 2º de lidia ordinaria) que se les ha concedido la vuelta al ruedo. Hubo incluso petición de indulto en el 4º. Bien presentados y nobles.

El rejoneador Óscar Mota, dos orejas y palmas.

Aníbal Ruiz, dos orejas y rabo y silencio.

Rafael de Julia, dos orejas y rabo y oreja.

El novillero Jonathan Anaya, dos orejas y rabo.

Con un cierto retraso de media, según la hora prevista en los carteles que la empresa publicó, dio comienzo el festejo. El retraso vino ocasionado porque en el programa de fiestas estaba anunciada media hora después, de ahí que la gente hiciera más caso al programa que a los carteles en sí, y por ello tener que retrasar la hora inicial. A pesar de esa dificultad, solventada con creces, los aficionados malagoneros disfrutaron de un espectáculo variado puesto que se tocaron todas las ramas del toreo.
Abría cartel el rejoneador Óscar Mota, que lidió los dos novillos seguidos, ya que su hermana, Noelia Mota, fue baja en el cartel al resultar cogida en festejos anteriores.

Con su primero se equivocó al clavarle dos rejones de castigo, eso hizo que el animal se refugiara en tabla, de dónde fue difícil sacarlo. Fue en esos terrenos donde clavó tres banderillas. Una rosa para finalizar su actuación, en la que primó el acercamiento a las tablas para arrancar la ovación del respetable, que no dudó en pedir los trofeos.

Con su segundo, un novillo que se entregó y se dejó mucho, le costó poner las banderillas en el lomo. Mal con el rejón de muerte, por lo tanto su faena por muchos saltos en el aire que dio con su caballo quedó en palmas.

Aníbal Ruiz se reencontró con la espada, hoy sí estuvo acertado y toreando a placer, el triunfo no se le escapó y demostró que tan sólo era una mala racha.

Saludó a la verónica con mucho temple. Lo llevó galleando hasta la jurisprudencia del caballo por medio de chicuelinas. Quitó a la verónica. En el capote se le ve con gran soltura. De rodillas comenzó la faena. Una faena de gran fijeza por parte del animal y de hondura del torero. Lo mejor llegó con el toreo al natural, dónde le bajó la mano y lo llevó largo. Media y estocada que le sirvieron el corte de los máximos trofeos.

Y salió el toro que no debía salir, ese que no gusta, ese que te pide el carnet de identidad, con el que hay que estar muy firme, y estar por encima de él. Así estuvo Aníbal Ruiz. Un toro que no quería saber nada de la muleta, que salía suelto, pero que Aníbal se fajó con él y supo robarle tandas. Pinchazo y estocada caída, con la que no cayó el de El Ventorrillo y tuvo que coger el descabello.

Rafael de Julia toreó a placer, gustándose y gustando. Su primero fue el mejor ejemplar de todo el encierro. Un toro que de haberse lidiado en una plaza de segunda hubiera vuelto a la dehesa, pero fue en una portátil donde se toreó, donde el animal respondío. Era una máquina de embestir, humillando, sobre todo por el pitón izquierdo, que iba largo. Con el derecho, sin embargo, había que torearlo más cerquita. Aún así se dejó torear. Dos avisos le sonaron a Rafael de Julia, y le sonaron porque estaba toreando, porque estaba disfrutando con la embestida del animal. Pero el reglamento es el que manda, y había que cumplirlo. Pinchazo y estocada casi entera. Los máximos trofeos para el esportón.

En su segundo, lo saludó a la verónica. Realizó un quite también a la verónica y dejó que el sobresaliente, Enrique Martínez "Chapurras" le replicara con otro quite por verónicas. Faena importante por ambas pitones, donde destacó su toreo por el pitón derecho. Estocada baja y oreja.

El novillero local Jonathan Anaya salió a darlo todo en su pueblo. Se le notó los nervios, puesto que toreó un poco acelerado, hasta que empezó a coger confianza y su toreo cambió. Se le nota que está muy nuevo, y se está forjando, pero dejó detalles interesantes. Estocada al encuentro y los máximos trofeos, que paseó junto con el mayoral de El Ventorrillo.

15 septiembre 2013

El empaque y la cadencia de Mora junto con el clasicismo de Huertas abren la puerta grande

Piedrabuena, con más de media plaza se ha lidiado un encierro con dos ganaderías legendarias, por una parte la de Partido de Resina, 2º, 3º y 4º bien presentados y de gran calidad el 3º. Y tres toros de la ganadería de Samuel Flores, 1º y 6º con el hierro de Manuela Agustina López Flores y 5º con el hierro de Samuel Flores, bien presentados y manejables.

David Mora, dos orejas y gran petición de oreja con aviso, recoge en el tercio la fuerte ovación.

Rubén Pinar, silencio tras aviso y saludos tras aviso.

Emilio Huertas, ovación que recoge en el tercio tras aviso y dos orejas.

Había expectación en la provincia de Ciudad Real por ver los ejemplares del hierro de Partido de Resina, esa legendaria ganadería que justo este año cumple los ciento cincuenta de su creación. Una ganadería que aún tiene mucho que decir en las tardes taurinas como la de hoy en Piedrabuena. Dónde dijo que trabajando un poco más con ese encaste se puede volver a los años de su máximo esplendor. Así lo hacían ver el tercer y cuarto toro, que de lo único que han pecado es de falta de fuerza, pero con una embestida muy noble y tomando los engaños de los toreros con franqueza.

Al igual que la expectación por la ganadería, la había en torno a David Mora. En estos años ha cosechado una afición manchega que estaban deseosos de verlos por los cosos manchegos y no se lo pensaron para asistir a ver a su torero desde distintos puntos de la provincia. David no los defraudó y mostró su mejor yo, su mejor capote, su mejor muleta, en resumidas, su mejor tauromaquia.

Abría plaza el toro con el hierro de Manuela Agustina López Flores, un ejemplar muy abierto de cuerna que lo lanceó Mora a la verónica, con gusto, abriendo el compás y llevando su embestida. Genuflexo comenzó la faena, sacándolo a los medios con su estilo personal. Dibujando en el albero pinceladas de arte con la franela mientras se lo permitió el burel. Estuvo David valiente, aguantando las paradas, puesto que al final se quedaba corto, pero la torería de Mora salió y estuvo por encima de su ejemplar. Estocada y dos orejas para el esportón.

Con el buen ejemplar de Partido de Resina, David Mora lo recibió a pies juntos, con el menton clavao en el pecho, lanceando a la verónica por derecho, que compaginó con chicuelinas, rematando con una bella revolera. Quitó a la verónica toreando muy despacito. Con la franela inicio con doblones muy toreros para sacarse al toro hasta los medios y realizar allí la faena. Una faena con un gran argumento, donde el empaque y la hondura de David Mora han sido el guión perfecto para una obra que emborronó con la espada, falló a la primera, pero a la segunda dejó una gran estocada, en la que el astado rodó sin puntilla.

A Rubén Pinar le tocó bailar con los más feos. Su primero, un ejemplar de Partido de Resina no tenía las fuerzas suficientes para realizar una buena faena, y su segundo, de Samuel Flores, tampoco le dejó expresarse.

Con su primero no pudo lucirse al capote, tan sólo dejó una media verónica. En la faena muleteril tenía que llevar muy tapadito al toro si quería conseguir que embistiera. Un par de tandas le duró, puesto que pronto se quedaría corto y la faena se terminó, aunque Pinar quiso insistir, pero cuando no se tiene material, poco se puede lograr por muchas ganas que se tengan. Pinchazo y casi entera atravesada, y mal con el descabello. Silencio.

Con el de Samuel Flores tampoco pudo torear con el percal. Quedó inédito. Sin embargo, con la muleta logró una faena larga por ambos pitones, ante un toro que no llegó a transmitir al tendido. Un toro sin la emoción que llega al aficionado para que le haga sentir lo que el torero está haciendo en le ruedo. Aún así Rubén Pinar demostró la clase de torero que es, que a pesar de no tener ejemplares a la altura, sabe estar. Mata de estocada atravesa, que hizo guardia, aviso y dos descabello. Saludó en el tercio.

Por su parte, Emilio Huertas tuvo la moneda de cara, le correspondió el mejor lote en el sorteo. El de Partido de Resina, fue el mejor ejemplar, un toro para torearlo a placer, para sentirse a gusto con él. Y otro de Manuela Agustina López Flores, que si desde un principio lo somete, hubiera disfrutado.

Salió el tercero de la tarde, un toro cárdeno de muy bella estampa. Con una embestida muy suave que supo ver Emilio Huertas que lanceó con una lentitud y un gusto a la verónica que embelesó. En banderillas se desmonteró Juan Navazo tras dos buenos pares. Comenzó Huertas doblándose con él, toreando por la derecha, dos tandas por esa mano, calando hondo en el tendido. Cambia a la izquierda dónde el burel lo acompaña más, con una embestida de humillar y meter muy bien la cara en la franela. Predominó el toreo de mano baja. Cuando cambió a la mano diestra el toro ya no fue el mismo, ya llevaba muchos muletazos y no respondía igual. Emilio se fue a por la espada y entró a matar dejando una media tendida, vuelve a entrar y pincha, aviso y estocada. Hubo petición de oreja, que la presidencia no atendio. Saludó desde el tercio.

Con el que cerraba plaza, un ejemplar de Manuela Agustina López Flores quedó inédito en el capote. En banderillas se desmonteró José Otero. Con la muleta, tengo mis dudas que si le hubiera bajado la mano, cómo hubiera respondido el toro. Hizo la faena a media altura, y fue al final de la misma, cuando Huertas se sintió más a gusto, donde dejó muletazos más sentidos, llenos de profundidad y hondura. Mató de estocada casi entera que no le hizo falta puntilla. Dos orejas.

Lo que la espada se llevó…

Miguelturra, con menos de media plaza en los tendidos, se ha lidiado una corrida mixta de Sonia Gónzalez, bien presentada y muy noble.

El rejoneador Miguel Ángel Martín, dos orejas y ovación.

Aníbal Ruiz, silencio y oreja.

Jiménez Fortes, saludos desde el tercio y dos orejas.

Con quince minutos de retraso, según la hora prevista de la corrida, daba comienzo el festejo. Una tarde marcada por la espada. Esa espada que se lleva los triunfos de los toreros, que les niega el privilegio de conquistar trofeos. Ese éxito tan importante para ellos. Falló en su segundo Miguel Ángel Martín, falló Aníbal Ruiz en sus dos enemigos y Jiménez Fortes, en el tercero. Pero los toreros son grandes y ante las adversidades suelen venirse arriba. Son rachas que a veces la tizona no va encaminada a la gloria, no traza una línea para lograr los trofeos merecidos durante la faena.

Abría plaza el rejoneador Miguel Ángel Martín, un joven con ganas de triunfo que viene arreando. De salida puso con su caballo “Golondrino” dos rejones de castigo. En  banderillas sacó a un caballo nuevo que torea muy bien en la cara del toro, se arrima y deja que su jinete clave las banderillas en lo alto, “Milla”, un nombre que no hay que olvidar. Dos pares clavó con este caballo, destacar el último par clavando al estribo. Con “Varón” clavó al violín, ya con un toro venido a tablas, que le costaba embestir. Para las cortas y el rejón de muerte sacó a “Velero”. Tan sólo pudo clavar una corta si quería que el de Sonia González aguantara hasta el final. Clavó el rejón de muerte y dos orejas que paseó en el coso del que se siente parte de esta ciudad.

En el cuarto de la tarde tan sólo le clavó un rejón de castigo, en esta ocasión a lomos de “Murillo”. Para banderillas sacó a su caballo estrella “Lagartijo” que aún no está del todo recuperado, aún así el caballo cumplió, dos pares clavó. Cabalgando a dos pistas antes de abandonar el ruedo. Con “Marqués” puso un par a dos manos. Y de nuevo sacó a “Velero” para clavar una corta, una rosa y el rejón de muerte, que en esta ocasión tuvieron que ser dos. Saludó ante sus paisanos.

Aníbal Ruiz de nuevo volvió a perder la puerta grande por la espada. Está atravesando una racha mala con el acero, que esperemos que pase pronto, puesto que los triunfos son necesarios. Aún así, el respetable no sólo juzga a un torero por cómo está al final de su actuación, sino por el conjunto en sí, y de sobra sus faenas tienen los mimbres suficientes para crear un buen cesto y recibir el cariño del respetable.

Con su primero no puedo lucirse con el capote, tan sólo unas verónicas sueltas. Faena con muletazos sentidos sobre todo las tandas por el pitón derecho, donde Aníbal expresó su toreo. La espada le privó de pasear algún trofeo por el albero.

En el quinto, el mejor toro del encierro, con una embestida muy noble que dejaba torear a placer salió Aníbal Ruiz a por todas. Saludó a la verónica con cadencia. En la faena de muleta se entrega, toreando al ritmo que marcaba el astado dejando al final la firma propia del diestro, el puente en el albero. Pero de nuevo su sueño de atravesar la puerta grande se ve truncado por la espada.

Jiménez Fortes capote en mano recibió al tercero de la tarde con unas verónicas de manos bajas, abriendo el compás. Un ramillete de bellas verónicas para saludar al de Sonia González. Quitó por chicuelinas muy ajustadas rematando con una larga. La gran dimensión de su toreó llegó al natural, donde cuajó una faena brillante, lástima que la espada emborronara su obra, y sobre todo el descabello. Escuchó un aviso. Recibió una gran ovación que fue a recoger al tercio.


En el que cerraba plaza, poco pudo hacer con el capote. Sin embargo con la muleta dejó muestras, de nuevo, de su gran dimensión de torero. Una faena por ambos pitones donde primó su toreo con la diestra. Manoletinas para finalizar su obra. Pinchazo y estocada. Dos orejas. 

09 septiembre 2013

El poder de la muleta para brindar el triunfo

Las Virtudes, con lleno en los tendidos se ha lidiado una corrida de Jaralta, bien presentados y de juego desigual.

Aníbal Ruiz, petición de oreja y dos orejas.

Román Pérez, oreja y oreja.

Emilio Huertas, silencio tras aviso y dos orejas tras aviso.

Buen ambiente el que se vivía en las inmediaciones de la plaza de toros de Las Virtudes, y mucho mejor el que se vivió dentro de sus muros. La afición respondió y cubrió los tendidos del  coso rectangular. Un coso vetusto que encierra mucha historia entre sus paredes. Historias que callan cada tarde para escribir una nueva página en su libro de oro particular. Esta tarde ha escrito la historia de tres jóvenes que abren la puerta grande con una corrida bien presentada de Jaralta, que mostró sus complicaciones en alguna ocasión.

Y como la historia se va escribiendo tarde a tarde, Emilio Huertas la volvió a escribir en su pueblo, donde hacía el paseíllo por primera vez como matador de toros. La plaza que lo viera crecer de novillero, lo vuelve a ver en una nueva etapa de su vida.

Aníbal Ruiz se encontró con un primer ejemplar que le dejó torear a placer con el capote, muy templadito, con una embestida muy suave para lancear a la verónica y combinarlo con chicuelinas. En el estribo citó al de Jaralta para componerle una faena en la que mandó la muleta del de Alcázar de San Juan. Por el pitón izquierdo el toro respondió peor, aún así lo probó, pero la base de la faena la hizo por el derecho donde se entregó. Finalizó con muletazos con la rodilla en tierra. Pinchazo y estocada caída y tendida hicieron que el trofeo no fuera otorgado por la presidencia. Hubo fuerte petición.

En su segundo vendría la mejor versión de Aníbal Ruiz. Un toreo más templado y despacito, con un ejemplar que le permitió el torear a placer. El gustarse con lo que hacía y gustar en el tendido. Con una larga cambiada lo recibió para enlazar con verónicas y finalizar con revolera. Un toreo de capa de mucho gusto. La faena fue larga y a más, tanto por parte del toro como del torero. Ambos se crecieron en la pelea, y fue el torero quien logró vencer a su oponente. Mató de una estocada cortando las dos orejas.

Román Pérez saludó a la verónica y con chicuelinas a su primero, dejando una buena impronta ante la afición. Con la muleta en la mano se fue sacando al burel a los medios donde le recetó una faena de gran dimensión. Al natural dejó unos naturales de largo trazo. Estocada y oreja.

El quinto poco se empleó en el capote. Muy despacito inició la faena con la diestra, domando la embestida del de Jaralta. Por la izquierda el toro iba mejor, era su pitón y pronto se dio cuenta Román, que se echó la muleta a la mano zurda para dejar muletazos de clase. Finalizó con la rodilla en tierra. Estocada. Otra oreja que le servía para abrir la puerta grande.

Emilio Huertas no tuvo suerte con su lote, el primero porque desde salida fue un manso y su segundo tuvo que estar muy encima de él para robarle las tandas.

De salida, el tercero, parecía que iba a embestir, puesto que cogió el capote de Emilio Huertas muy bien, lo toreó muy despacito y templado, pero tras ser picado el burel buscó las tablas. Se negó a embestir, y a entrar en la muleta que le ofrecía Huertas. Por más que lo cambió de terreno, el toro en sus trece, no quiso saber nada de ella. Su faena se basó en el macheteo. Le costó entrar a matar, ya que no se quedaba quieto. Tras varios intentos dejó una estocada.

Y por ser su debut como matador de toros no se podía ir de vacío. Salió a por todas. Y así lo vieron sus paisanos. Un saludo capotero que despertó al respetable y le arrancó los olés. El toreo a la verónica de Huertas gustó, como las chicuelinas. Y más aún el inicio de faena, que doblándose con él lo sacó a los medios. Enganchó muy adelante la embestida del toro y la llevó muy largo. Un toreo clásico y elegante el de Emilio Huertas. El burel no embestía con la franqueza de su raza y tuvo que aguantar alguna que otra parada en mitad del muletazo. Una buena estocada para rubricar su obra. Y dos orejas como premio. Pero dos orejas ganadas a ley, no por paisanaje.


07 septiembre 2013

Tres conceptos del toreo que culminaron en puerta grande

Villarrubia de los Ojos, con lleno en los tendidos se ha lidiado una corrida de Peñajara, bien presentados y justitos de fuerza.

Eugenio de Mora, oreja y oreja

Aníbal Ruiz, oreja y oreja con fuerte petición de la segunda y dos vueltas al ruedo.

Fernando Tendero, palmas y dos orejas.

Con más de media hora de retraso comenzó el festejo en Villarrubia de los Ojos, la culpa del fútbol, que al ser retransmitido había que esperar a que finalizara, y mientras los toreros en el patio de cuadrillas, liados en el capote de paseo esperando a que sonaron los clarines, los nervios revoloteando por el aire a la espera de atemperarlos. En los tendidos el público impaciente. Un público muy festivo que desde los primeros capotazos hasta el final de faena vitoreaban todo. Y una presidencia muy recta.

Abría cartel Eugenio de Mora, que cortó una oreja a cada uno de sus ejemplaros. Un primer toro al que lo recibió con verónicas muy lentas y templadas. Con la muleta supo darle los tiempos necesarios, ya que desde los inicios se quería rajar. Terminó con las rodillas en tierra. Mató de media estocada y estocada tendida. Oreja.

En su segundo, el toro más complicado de toda la corrida, tuvo que llevarlo muy tapado, en el momento que le bajaba la mano, el toro debido a su poca fuerza doblaba las manos. Y si lo toreaba a media altura, tiraba cada gañafón, que era imposible ligar las tandas y hacer un toreo lucido. Aún así estuvo en torero consiguiendo por el pitón izquierdo alguna tanda. Estocada un pelín caída y oreja.

Aníbal Ruiz vino a por todas. Larga cambiada para seguir con un ramillete de verónicas con gusto y templadas. Galleó por chicuelinas con revolera. Y quitó con una crinolina para seguir con gaoneras. Mucho gusto con el capote. Con las rodillas en tierra comenzó la faena. Para seguir con la diestras. Lo mejor llegó por el pitón izquierdo, dónde dejó naturales largos. Y no pudo faltar el desplante del puente y terminar tirándole besos al ejemplar que le había hecho disfrutar toreando. Pinchazo y media estocada arriba, en buen sitio. Y varios descabellos. Oreja.

En el quinto, de nuevo volvió a dejar muy buen toreo de capa, toreando a la verónica tanto en el saludo como en el quite. Con la muleta su toreo fue diferente al del primer ejemplar. Un toreo más festivo, más aplaudido por el respetable. La faena a este ejemplar la vibraron desde los tendidos. Pinchazo y estocada. Oreja con fuerte petición de la segunda. Dos vueltas al ruedo.

Fernando Tendero hacía su primer paseíllo de la temporada y fue una vez más fiel a su concepto. A pesar de que apenas ha toreado, dos festivales, se le vio muy cuajado. Toreo con lentitud, con tranquilidad, sabiendo lo que hacía en cada momento.

A su primero lo recibió a la verónica con mucha plasticidad. Quitó por chicuelinas. Bien en banderillas Valentín Cuevas. Doblándose con el de Peñajara lo sacó a los medios. El toro era muy reservón, no se entregaba con facilidad, aún así Fernando Tendero supo aguantarlo y recetarle los muletazos que necesitaba. Por el pitón izquierdo iba mejor. En un momento en que se confió demasiado por casi lo engancha, pero lo reflejos jugaron un papel importante. Pinchazo y media. Aplausos.


En el que cerraba plaza salió Tendero a por todas, ya que sus compañeros habían abierto la puerta y él no quería ser menos. Con dos faroles recibió al sexto. Verónicas de mano baja y compás abierto siguieron a los faroles. Con mucha clase y elegancia se saca al toro a los medios donde  lo toreá por el pitón derecho, bajándole la mano. Una faena maciza que tras tirarse en todo lo alto, deja una estocada un pelín caída, que sirve para cortar las dos orejas. 

Marco Galán homenajeado en su tierra


El banderillero de Alcázar de San Juan, Marco Galán, fue homenajeado en la plaza que le vio crecer, primero como novillero y posteriormente como hombre de plata. 

A la una de al mediodía, en el patio de cuadrillas de su plaza de toros, Marco descubrió la placa que inmortaliza la vuelta al ruedo que dio junto con sus compañeros, la cuadrilla al completo del matador de toros Javier Castaño. Hazaña que fue protagonizada el pasado 1 de junio en la primera plaza del mundo. 

En el acto, Marco Galán, estuvo arropado por sus compañeros de cuadrilla y su maestro. Un acto emotivo en el que se ha visto recompensado el esfuerzo y el trabajo que Galán dedica a su profesión. Un amor que demuestra cada tarde que se viste con el traje de plata para ir a las órdenes de Javier Castaño. 

Desde aquel mítico día, los aficionados cuando ven anunciado a Javier Castaño en los carteles, aparte de ver al torero, también van con la ilusión de ver a esta cuadrilla, que "con tan sólo una mirada" saben lo que tiene que hacer cada uno, como comentara Marco Galán no hace mucho en el callejón de una plaza de toros. Y esa compenetración entre los miembros de una cuadrilla es fundamental para el buen funcionamiento del mismo, y la seguridad del matador de saber que cuenta con los mejores y que le cubrirán las espaldas en el momento más necesitado.

Y para más alegría y satisfacción del hombre de plata, Marco Galán se desmonteró en su plaza, en su tierra y ante sus paisanos, por una sensacional brega en los dos astados. 

La tarde de Javier Castaño y cuadrilla

Alcázar de San Juan (Ciudad Real), con algo más de media entrada se ha lidiado un encierro de Samuel Flores, bien presentados y de juego desigual. Mejores 3º y 6º que fueron aplaudidos en el arrastre, y concedida la vuelta al ruedo al sexto.

Leonardo Hernández, ovación y dos orejas.

Aníbal Ruiz, ovación y silencio.

Javier Castaño, dos orejas y dos orejas.

Cuadrillas: Se desmonteran en el tercero David Adalid, Marco Galán y Fernando Sánchez, en el quinto Óscar Castellanos y Miguel Ángel Ramírez. Y en el sexto, donde el público pidió un cuarto par, lo hacen David Adalid y Fernando Sánchez.

Qué gusto da ver a los tendidos emocionados, pero más gusto aún, si cabe, ver que los jóvenes se animan a ir a los toros, y es que con los precios que puso el empresario de la plaza de Alcázar de San Juan, Niño de Belén, quién se podía resistir a la tentación de ver un festejo de gran nivel.

Y el festejo tuvo el nivel que merece dicho coso. Un nivel que fue subiendo el voltaje por momentos. El único pero, que este año Aníbal Ruiz tuvo que abandonar el coso a pie por el mal uso con la espada. Y el punto negativo, al respetable, que muy respetuoso durante todo el festejo, pero mal al final, por la pitada sin motivos que le tributaron a Aníbal Ruiz tras abandonar el albero.

Estar anunciado Javier Castaño en cualquier cartel es garantizar el espectáculo. Y más aún desde que su cuadrilla diera la vuelta al ruedo en la primera plaza del mundo. En Alcázar no iba a ser menos, y el público sabía de los éxitos cosechados por el plantel de toreros que están a las órdenes de Castaño.

Salió el tercero de la tarde, un toro encastado al que Javier Castaño recibió a la verónica. Quitó Aníbal a la verónica, dejando una chicuelina muy ceñida. Tras desmonterarse la cuadrilla, Javier citó al toro en los medios, donde se le arrancó a su muleta. Un toro al que le bajó la mano y lo enganchó de muy adelante para llevarlo largo. Una tanda de magníficos naturales donde destacó la profundidad. Finaliza la faena por el pitón derecho y con la rodilla en tierra. Se cuadra para entrar a matar y al encuentro deja una estocada, un pelín desprendida, que le otorga pasear las dos primeras orejas de la tarde.

Al sexto lo recibe a la verónica. El público tras el espectáculo anterior en banderillas, donde Marco Galán brega, David Adalid y Fernando Sánchez son los encargados de poner banderillas, el público reclama un cuarto par, donde son los propios banderilleros los que se colocan el toro y se hacen los quites. Espectáculo en estado puro. Tras la ovación y el correspondiente saludo. Javier Castaño comienza su faena. Una faena donde prima la lentitud, puesto que la embestida del de Samuel es muy lenta. Eso le permite al torero arrimarse y ceñirse al animal. Toreo de calidad, de templanza y de sabor añejo, ya que toreó con la montera calada. Un gesto muy torero. Pinchazo y estocada tendida. Dos orejas y premio con la vuelta al ruedo al de Samuel Flores.

Leonardo Hernández acompañó en la salida a Javier Castaño, cortando dos orejas a su segundo enemigo. Con su primero falló con el rejón de castigo. A ambos ejemplares, de salida, les clavó dos rejones de castigo, para intentar arrancar la embestida de unos toros que para rejones no sirven. Se quedaban muy parados, desentendiéndose del caballo. Le costó a Hernández fijarlos a la grupa de sus cabalgaduras. En su primero puso banderillas al quiebro, citando desde las tablas para en los medios llegar al encuentro. Dos banderillas más a la grupa y las cortas al violín. Falla con el rejón de castigo en dos ocasiones, y tiene que descabellar otras dos veces.

En el cuarto estuvo más acertado. Tras clavar los dos rejones de castigo, volvió a clavar un par al quiebro. En círculo y con la cola de su caballo intentó encelar a un astado, que no prestaba mucha atención a lo que había a su alrededor. Al final consiguió clavar otras dos más. De nuevo cortas al violín y rejón de muerte en todo lo alto. Dos orejas.

Aníbal Ruiz no tuvo su tarde. El segundo de la tarde fue un toro avanto, que tardó en fijarse en el capote que le ofrecía el alcazareño. Quitó Castaño por tafalleras. Comenzó la faena en los medios con la diestra, llevando la embestida, embebiéndolo en la muleta. Por el pitón izquierdo el de Samuel iba peor y tuvo que cambiar pronto de mano. Pinchazo y estocada atravesada que hace guardia. Ovación.

En el quinto, parecía que Aníbal Ruiz iba a salvar la tarde, pero de nuevo el fallo con la espada le privó de abrir la puerta grande. Con el capote no se entregó el de Samuel Flores, fue con la muleta donde dejó constancia de la raza que llevaba. Doblándose con él comenzó Aníbal Ruiz la faena. Una faena de entrega en la que destacó una tanda por la derecha con profundidad. Pero el esfuerzo se vio malogrado a la hora de entrar a matar, que no hubo manera de acertar a la primera. Silencio.


02 septiembre 2013

Oreja por coleta en una tarde con grandes matices

Daimiel, con tres cuartos de entrada se lidiaba una corrida de Adolfo Martín, bien presentados y de juego desigual. Y novillos de El Cotillos nobles y de gran calidad.

Javier Castaño, ovación y oreja.

Luis Miguel Vázquez, silencio y oreja.

Alberto Aguilar, ovación con saludo en el tercio y oreja.

El novillero Carlos Aranda, dos orejas y dos orejas.


Había expectación en Daimiel por ver la corrida de Adolfo Martín. A pesar de ser un día de diario, la plaza ha registrado muy buena entrada, pero como en todo, tarde de expectación, tarde de decepción. Tan sólo un Adolfo sirvió en todos los tercios, ese salió en tercer lugar, que le correspondió a Alberto Aguilar. El cual cuajó una buena faena.

Aguilar recibió al tercero con verónicas de buen trazo. Con la muleta comenzó flexionado sometiendo al burel. Una faena de gran calado en el tendido, muletazos largos y hondos por ambas manos, con profundidad, sintiendo el toreo y transmitiéndolo. Lástima que el fallo a espadas le privara de pasear una oreja.

Con el que hacía séptimo, poco pudo hacer con el capote. Sin embargo, con la muleta pudo exprimir la embestida del toro, dejando una muy buena tanda al natural. Estocada casi entera y oreja.

Javier Castaño abría plaza, alguna verónica suelta dibujó. En la faena el toro se quedó pronto muy corto, aún así la mano y la experiencia de Castaño hicieron que consiguiera tandas importantes, sobre todo por el pitón izquierdo, por donde el toro colaboraba un poco más. Estocada trasera y contraria, descabello y ovación por el esfuerzo del torero.

Con el quinto, tuvo que aguantar mucho Javier Castaño, un toro que fue a menos, y que el torero estuvo muy por encima de él. Estocada casi entera, oreja. Se desmonteraron David Adalid y Fernando Sánchez.
Luis Miguel Vázquez quedó inédito con el capote en sus dos ejemplares. Con el primero de su lote le compuso una faena por ambas manos a un astado muy complicado. Su falta de rodaje se le notó sobre todo a la hora de entrar a mantar. Su labor fue silenciada.

En el sexto, un toro que salía desentendido de los engaños sin celo y sin humillar, Vázquez estuvo voluntarioso. Intentando arrancarle alguna embestida con buen trazo, pero fue imposible. Mató de una gran estocada que le valió el corte de la oreja, que no quiso pasear.

Quién se llevó la tarde y el triunfo fue el novillero Carlos Aranda, que contó con un ganado de gran nobleza y calidad, y el de Daimiel supo aprovecharlo. Genuflexo recibió al cuarto, para seguir con verónicas de gusto. Quitó por faroles rematando con revolera. En los medios, citó al novillo para pasárselo por la espalda. Muy templado con la derecha toreó con gusto, con ganas y con entusiasmo. Se le ven las ganas de ser alguien en el mundo del toro. El novillo no se cansaba de embestir para disfrute del torero. Estocada atravesada y tendida que le sirvió para cortar las dos primeras orejas de la tarde.

En el que cerraba plaza, el octavo, lo recibió con una larga cambiada para proseguir a la verónica. En esta ocasión realizó el quite por tafalleras. Gran variedad en el percal de Aranda. Con las rodillas en tierra recibió a su enemigo. De nuevo el buen hacer del novillero y las ganas de torear se volvieron a ver. Un toreo por ambas manos entregado. Mató de estocada trasera y perpendicular. Dos orejas.

01 septiembre 2013

Pablo Alborán seduce con su voz en Daimiel

Miles de fans acompañaron al cantautor malagueño en el Auditorio Municipal



Pablo Alborán es un artista tan carismático y polivalente, que allá donde va causa el delirio entre sus más fieles seguidores. Desde la noche del viernes esperaban al cantante. Y horas antes de que las puertas del recinto se abrieran la cola era impresionante, es el efecto Pablo Alborán. Como lo fue durante el concierto la cantidad de personas que pasaron por protección civil para ser atendidas por el estrago que estaba causando el malagueño con sus canciones.

Decir que Pablo Alborán ‘enamora’ a sus fans, no es algo nuevo. Sucede cada noche de concierto, como sucedió ayer en Daimiel. Desde que se dio a conocer este joven malagueño, con un video en Youtube, encandiló a propios y extraños. Llegando a tener un público de todas las edades con esa voz aflamencada que embelesa nada más escucharla.



Sus fans más incondicionales estuvieron aguardando a las puertas del Auditorio Municipal de Daimiel para ver al artista en primera fila y no perder el más mínimo detalle. Puesto que Alborán fascina desde la primera a la última de las canciones que interpreta. Un total de veinticuatro temas salieron de su garganta. Una garganta con una voz singular y extraordinaria que seduce desde los primeros acordes.

A las once en punto de la noche empezaron a desfilar por el escenario los músicos que acompañan a Pablo Alborán en su gira, para presentar su tercer disco ‘Tanto’. Un disco con un giro muy diferente a los anteriores, donde el artista ha querido darle un toque más pícaro. Tras las primeras notas de ‘Toda la noche’ apareció Alborán en el escenario, como bien comienza la letra de su canción, “como un cuento infantil”, donde surge del fondo del decorado entonando la melodía. El fervor de los más de ocho mil espectadores que se dieron cita en el Auditorio surgió nada más verlo.



Vestido con un vaquero y una camiseta, mostrando esa sencillez que le caracteriza, fue llenando cada rincón del escenario y del recinto con su voz aterciopelada y potente. Voz que fue acompañada a coro por las miles de fans que se sabían todas sus canciones desde ‘Toda la noche’ a ‘En brazos de ella’.

Fue una noche mágica en la que el recinto se rindió a la voz del artista y el cual no dio un respiro a los espectadores para que vibraran con cada una de sus canciones. Tras la toma de contacto con la primera melodía siguieron temas como 'Deshidratándome', 'Me iré', 'Yo no te olvidaré', 'Yo no lo sabía'.

El momento más dulce de toda la noche llegó de la mano de los acordes de ‘Caramelo’ con una voz aflamencada que surgió de sus labios. Una dulzura que embriagó los sentidos de los allí presentes. Continuando el espectáculo con temas como ‘Dónde está el amor’, ‘¿Quién?, ‘Ahora’ y ‘Seré’.

El punto álgido del concierto llegó con ‘El beso’, ‘Perdóname’ y ‘Te he echado de menos’ que interpretó en acústico y que emocionó a los allí presentes. En homenaje a sus raíces francesas y con la dedicatoria de “a una persona que ya no está”, cantó ‘Le vie en Rose’ dando la magnitud de artista que es. Por eso en tan poco tiempo ha cosechado los éxitos que le preceden.



La complicidad con el público era total, rendido ya a la voz del malagueño se entregaban a cada melodía que salía por sus labios. Unos labios que no dejaron de crear esa simbiosis que existe entre un artista y sus fans. Como pudo ocurrir con ‘Mientes’, ‘Vuelve conmigo’ donde hizo un parón para presentar a los músicos que le acompañan en el escenario. Continuó con ‘Me colé por la puerta de atrás’ y ‘Loco de atar’. Volvió a interpretar en acústico ‘Cuando te alejas’.

El espectáculo estaba llegando a la cúspide más alta. Y para ello en solo de guitarra deleitó con ‘Desencuentro’. Tras este tema todos los músico, incluido Pablo Alborán abandoraron el escenario. La espera fue mínima y el respetuoso público acogió al artista que se sentó frente al piano, en una atmósfera de lo más íntima, para cantar la canción con la que se diera a conocer: ‘Solamente tú’. A esta le siguió ‘Éxtasis’ donde el arrebato y la pasión se filtraban por cada poro de su piel.

La sorpresa llegó en la penúltima de las canciones, donde por medio de un video apareció Pablo Alborán vestido de cowboy. Y al ritmo de la música y con una coreografía del oeste surgió de su garganta la letra de ‘Volver a empezar’.

El broche de oro llegó con los versos de ‘En brazos de ella’. Dos horas intensas de concierto en el que la voz cálida y tierna del malagueño se entremezcló con la complicidad y la pasión que sintieron las más de ocho mil personas que se dieron cita en Daimiel.